Parte I: Visita al planeta

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Algunas imágenes no son mías créditos a sus autores

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Año 748

Año 748. Whis, el sereno y sabio Ángel, paseaba por los exquisitos jardines del planeta del Dios de la Destrucción, Bills, a quien también servía como maestro. Sosteniendo su báculo, preparó té celestial mientras reflexionaba sobre la serenidad del momento.

Justo cuando Whis estaba a punto de disfrutar de su té, el pez oráculo moviéndose en su pequeña pecera flotante, llego con una urgencia inesperada.

Whis: (Curioso) Hola, pez, oráculo.

Pez Oráculo: (Saludando) Hola, Whis.

Whis: (Curioso) Pez Oráculo, ¿qué es lo que has visto en el futuro cercano? 

Whis ya sabia que si el pez estaba allí era por algo futuro

Pez Oráculo: En un futuro muy cercano, el destino del universo cambiará radicalmente. Este cambio resonará a través de todo el multiverso.

Whis cuestionó, con una mirada reflexiva.

Whis: ¿Cómo afectará esto a todos?

Pez Oráculo: El futuro es fluido, pero puedo decirte que afectará la vida de Bills de manera radical. Su destino está a punto de experimentar una transformación sin precedentes.

Whis: Interesante. ¿Puedes precisar más sobre qué sucederá exactamente?

Pez Oráculo: No sé con certeza los detalles, pero la vida de Bills cambiará de manera significativa.

Whis, con seriedad en su rostro, preguntó con preocupación y seriedad.

Whis: ¿Y esto también nos afectará a nosotros?

Pez Oráculo: (preocupado) No lo sé, Whis. Este cambio seguramente afectará a todos, pero no puedo decir si será para bien o para mal. Estamos en un territorio desconocido.

Whis: ¿Sabes cuándo ocurrirá este cambio en el destino?

El pez oráculo, moviéndose inquieto en su pequeña pecera, respondió de manera directa.

Pez Oráculo: No tengo ni idea del momento exacto. El futuro es un misterio, y ni siquiera mi pecera mágica puede darme una fecha precisa.

Whis asintió, con comprensión, su expresión analítica ahora cargada de preocupación.

Whis: Entiendo. Estamos ante un giro en el tejido del universo, y aún desconocemos los detalles. Estaremos atentos a cualquier señal.

El pez oráculo, con un destello de preocupación en sus ojos acuáticos, concluyó con una advertencia más directa.

Pez Oráculo: Prepárate, Whis. Este cambio afectará a todos nosotros, y no sabemos si será para bien o para mal. Estamos en terreno desconocido, así que más vale estar alerta.

Las horas transcurrían en el tranquilo jardín, donde Whis, mientras observaba su bastón con reflexión, percibió un cambio en la energía cósmica. Un presentimiento se apoderó de él: Bills estaba a punto de despertar. Aunque su deseo era ser despertado en 50 años, aún quedaban 28, según su cuenta. 

Whis, con agilidad divina, se encaminó rápidamente hacia el majestuoso palacio del Dios de la Destrucción. Su paso era ligero pero decidido, consciente de la importancia de evitar un despertar prematuro.

Whis: (Disculpándose) Mis disculpas, mi señor. Intenté asegurarme de que tu sueño de 50 años no se viera interrumpido.

Bills, aún medio adormilado, abrió los ojos con curiosidad.

Hijo de la destrucción (Goku X Kefla)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora