estupidos mitos jamas contados

pretendiente de atenea Part 5

-No sabía que usted pensara así de mí, es halagador

-Usted es importante para mí, usted y mis demás hermanos son la única familia que tengo - ¿lo había comparado con el resto de los hijos de Zeus? No, definitivamente no era un progreso

-¿Me quieres tanto como ha Ares o Dionisio? - un tono bastante notable de indignación se hizo presente en su voz. Atenea suavizo su mirada

-No. No los aprecio a todos por igual. Dionisio es querido para mí a pesar de sus borracheras y extravagancias, porque a pesar de su trágica historia es alguien que puede sonreír a pesar de todo lo que le sucede. A Ares no demasiado, porque se satisface lastimando a inocentes, pero tal vez pueda cambiar. Y en cuanto a ti - Apolo se erguió, escuchando con más atención lo que comenzaría a decir - te quiero por tu buen corazón y tus buenas intenciones

-Has sido.......muy rápida en describir porque me quieres - se había molestado en cierto grado por la simpleza con que lo dijo, ella sonrió

-Eso es porque no veo algún error grave en usted, o alguna razón de por qué es así

-Usted es muy diferente a los otros dioses - ella lo miro en busca de respuesta - muchos me han amado por mi talento para la música, por mi voz que les hipnotiza, por mi figura y mi belleza. Pero usted habla de algo diferente - él se sentía extrañado de las palabras de ella, no podía entenderlas, pero ella simplemente rio por lo bajo

-Eso no es amor Apolo, en el más honesto de los casos seria admiración. Amar de verdad es querer a alguien por lo que es, y no por cosas como esas. No soy experta en el afecto pero ese es el amor sincero, hasta yo puedo reconocerlo

Sus palabras lo tomaron por sorpresa, le habían cautivado. Ella tenía razón, no podría amar con alguien por su belleza, por ejemplo, porque sería algo carnal, sin amor. Las hazañas y demás no enamorarían a nadie. Pero ella era diferente. El sentía como ella lo había cautivado por el simple hecho de ser ella, un amor de verdad

-¿Usted ya ha amado a alguien? - ¿y si aun tenía alguna posibilidad?

-De clase romántica nunca - no, no la tenía al parecer

-Usted debería buscar a alguien............alguien, como yo - ella lo miro desconcertada - usted dice que gusta de mi forma de ser, debería encontrar a alguien así, ¿no? - ¿Quién mas había como él? Nadie, solo habría un candidato

-No, me gusta la soledad - dijo ella sonriéndole, el trato de esbozar una sonrisa para no demostrar lo dolido que se encontraba

-¡bien! Miren no mas - Afrodita llego con una botella de vino a "salvar el momento" - ¿Por qué esas caras serias? Esto no es un funeral

-- ¡estoy de acuerdo! Venga atenea ¡vamos a divertirnos! - llego Dionisio tomando a su media hermana del brazo

-No Dionisio, yo creo que................

-¡nada de eso! ¡vamos! - jalo a la castaña tan fuerte que termino llevándosela del brazo

-Dionisio, suéltala - Apolo se iba a parar de su asiento en dirección a Dionisio, completamente molesto, si no fuera porque afrodita intervino

-Tranquilo. Eso nos dará tiempo para planear la siguiente estrategia

Atenea que se había cansado rápidamente de la euforia y los cantos se alejo de allí. Estaba cruzando el bosque cansada, era de noche y quería dormir, ella sabía que para poder estar en todos sus sentidos tenía que descansar. A paso lento caminaba, mientras el sueño comenzaba a invadirla más y mas. Fue entonces cuando escucho una lira, de ella sonaba una bella tonada, llena de romanticismo, belleza y ánimo. Aquel sonido no podía ser tocado por ningún humano o místico, pues estaba llena de gracia, ni siquiera Orfeo era capaz de tocar de esa manera. Solo Apolo podía tocar una melodía así, pues solo manos divinas de semejante talento podrían emitir aquel canto de ángel en cuerdas