pretendiente de atenea Part 2

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-......realmente estas pensando en ella? - dijo apolo exaltado

- en quien mas? la mayoría de la letra en tu canción concuerda con su descripción

- estas completamente demente. podía ser cualquiera, ¿pero ella? has perdido el sentido y crees que yo lo perderé también ¿amarla a ella? de todas tus locuras esta es la mayor. no me metas en esto - dijo tratando de mantener la calma. a pesar de sus continuas protestas afrodita pudo notar el rápido palpitar de su corazón al haber ella nombrado a la mujer. bien podía ser por el impacto, pero esos latidos impulsaban una cálida emoción que no se obtiene al escuchar el nombre de alguien a quien odias o te desagrada

- deja de fingir estar estupefacto cuando tu y yo sabemos que ella te ha acelerado el corazon con solo verla - le apunto con el dedo de su mano derecha mientras fruncía el ceño - ¿ cuanto tiempo piensas ignorar lo que sientes por ella? entiendo bien que la idea de amarla es descabellada, y que este fuera de lo normal, pero si no lo aceptas y haces algo al respecto te quedaras para siempre con tu apariencia de dios desolado y un camino de soledad por delante

el abrió los ojos. hasta ahora solo trataba de ignorar las heridas que le habían dejado sus incontables fracasos. no tenia como discutir contra su acompañante, pues había vuelto a la realidad que jamas quiso volver a ver

- que es lo que vas a intentar? - dijo en voz baja

ella sonreía mientras un extraño brillo de picardía cruzaba el iris de su ojo - no te arrepentirás - dijo ella como si el hubiera aceptado su propuesta

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las trompetas habían sonado por todo el olimpo, lo cual señalaba una asamblea requerida por zeus. la mayoría de las deidades asistieron allí. el rey divisaba como llegaban cual muchedumbre asesina, pues algunos parecían tener un pésimo día, tanto así que algunos venían en son de disputa, otros trataban de que el encuentro fuera lo mas corto posible y apaciguar a los contrincantes. estaba claro que ninguno quería estar allí.

Apolo y afrodita entraron al unisono. aunque los 2 caminaban al mismo paso sus expresiones eran totalmente diferentes; por un lado ella caminaba con gran animo y llena de satisfacción, ni siquiera la asamblea parecía molestarle, fue una lastima que el despampanante rubio llegara con los ánimos por el piso, estaba totalmente desalentado e incluso aquella reunión no le afectaba mas de lo que estaba

una vez sentado la busco con la mirada. la busco desesperadamente por toda la habitación sin encontrarla. soltó un suspiro que ni Afrodita pudo descifrar ¿ era de satisfacción o desilusión? trato de esbozar una pequeña sonrisa, y aunque pareciera real, la diosa del amor pudo notar un pequeño brillo en los ojos del dios, un brillo que a su parecer era suplicante y pedía algo, añoraba algo ¿ que podría ser?

- ha llegado - dijo Afrodita

la enorme puerta de ágata se abrió de repente. los guardias dieron una reverencia al ver la silueta de la deidad entrar en la habitación. la diosa había llegado tarde 13 minutos, lo cual en ella se veía extraño, pues era alguien que demostraba cierta autoridad y respeto para la mayoría de los dioses. Estaba claro que al ser la primogénita del rey y alguien de su alcurnia, debía tener por lo menos un pequeño sentido de puntualidad.

- Atenea - dijo zeus a su hija. ella levanto la cabeza y dio una señal para hablar con él después de la asamblea. con serenidad se dirigió a su puesto, sin sospechar que cierto dios le tenia clavada la mirada

él solo la observada con detenimiento. ella se sentó en medio de hefestos y ares quienes la miraban con atención y burla respectivamente.

"no ha tenido mucha suerte: a un lado esta su enemigo de toda la vida y al otro lado su enamorado secreto " pensó él, sintiendo ardor en su garganta al pensar en la ultima frase

ella solo podía fruncir el seño ante ares y dirigirle una mirada tranquilizante al colérico hefestos quien quería abalanzarse contra su hermano; pero entonces ella poso su mano en el hombro del dios quien le sonreía tímidamente. apolo apretó puño mirando disgustado a su hermano. Atenea era una diosa distante que jamas hacia contacto con nadie, si alguien la llegara a tocar seria o bien un suicida, un afortunado elegido. ¿ por que fue hefesto? el no tenia por que ser lo, simplemente no debía ser el. ¿quien entonces? vino esa pregunta a su mente, su respuesta fue un rotundo e inmediatamente "yo"

no pudo quitarle el ojo de encima durante toda la reunión. por mas que las estruendosas palabras de zeus se alzaran en el cielo, o se escuchara los murmullos de los demás dioses, él simplemente tenia un centro de atención. sin darse cuenta capto la mirada de hefestos, artemisa y afrodita. el nunca miraba a Atenea, o al menos jamas lo descubrieron, y aunque el pudo sentir sus ojos posarse en él no les presto atención, ni siquiera su hermana.

en un momento dado los ojos dorados de apolo se cruzaron con los intensos ojos esmeraldas de la equipada diosa. era sin duda la primera vez que sus ojos se cruzaban. él no sabia que hacer pues había sido pillado, mas parecía reflejarse en aquellos hermosos y verdosos ojos que su atención quedo fijado.

piel pálida, labios rosados, ojos verdes como hojas frescas, cabello marrón como la tierra recién rociada ¿ esa era Atenea ? por un momento apolo pudo deshacer la imagen de la armadura de la diosa y profundizó hasta ver a la mujer a quien llamaban diosa de la sabiduría. apolo sonrió. si no fuera por su armadura Atenea nunca llegaría a ser una figura de extrema autoridad u orden, si ella se mostrara como es, solo se vería una joven diosa de aspecto completamente puro y hasta inofensivo. tal vez esa era la razón por la que siempre llevaba esa íntimidantes piezas de combate, después de todo ¿ quien la creería la diosa de la guerra con ese aspecto tan dulce?

ella solo se quedo mirándolo fijamente ¿ que le sucedía ? el llevaba mirándolo ya bastante tiempo, algo que le extrañaba. ella en numerosas ocasiones podía sentir la mirada de apolo, pero cuando ella le miraba el simplemente observaba a otra dirección ¿ cuantas veces no habrá hecho eso? muchas, sin embargo esta era la primera vez que duraba tanto

Atenea también sonrió y en un acto por terminar con la tensión de los espectadores fingió exaltarse por las palabras de zeus, haciendo que apolo saliera de aquel "trance" y los dioses fisgones apartaran su vista de ellos.

estupidos mitos jamas contadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora