Vacío.
Eso fue lo que encontró cuando regresó a su apartamento; un silencio desolador que heló la sangre que corría por sus venas. No había ni un solo ruido, y solo quedaba la estela del olor de Glimmer y de Eden desapareciendo lentamente bajo la atmósfera.
—¿G-Glimmer?—Preguntó para asegurarse, no pudiendo evitar el temblor que salió en su llamado. Nunca se había sentido tan asustada, tan insignificante.
Tomó su teléfono, marcando varias veces el número de la omega sin recibir respuesta. Sus piernas no pudieron soportar el temblor y cayó de rodillas al suelo, un par de lágrimas traicioneras deslizándose por sus ojos bicolor, la furia alcanzando magnitudes inconcebibles para ella en muchísimo tiempo.
Llamó no solo a Glimmer, sino también a su madre y su tía, pero, como suponía, nadie se dignó en contestar. Peor aún, dos de las Moon habían apagado sus celulares y ni siquiera permitían una llamada más. Los mensajes no llegaban y fue entonces cuando todo el mundo se le vino abajo.
Glimmer se había llevado a su hija.
Glimmer, como siempre, arruinaba todo lo bueno de su vida.
No pudo calmarse por más que lo intentó. Su cuerpo temblaba con fuerza mientras se abrazaba a sí misma, medio derrumbada en el suelo a pocos metros de la entrada, lágrimas húmedas y calientes trazando sus mejillas, dejando una sensación pegajosa, recordándole, con cada gota, que no había sido capaz de proteger a Eden de su propia madre.
Su cerebro no reaccionó aún cuando su teléfono empezó a sonar, mostrando el nombre de Scorpia en la pantalla; sentía frío helando sus huesos a pesar de que no era invierno. En ese preciso instante odió con todas sus fuerzas a Glimmer, pero sobre todo, se odió a sí misma. Sabía, muy en el fondo, que era su culpa. Que no había cumplido su deber como alfa y mucho menos como madre, que nunca había sido capaz de hacerlo.
Una risa amarga salió de su garganta cuando un particular pensamiento cruzó por su mente, haciéndola sentir aún más miserable.
Quizá su hija estaba mejor sin ella.
Y quería creer que no era cierto, quería creerlo con todas sus fuerzas, esperando que algún día pudiera sentirse suficiente para su hija, para sí misma.
Su teléfono volvió a encenderse con el nombre de Scorpia nuevamente, y finalmente decidió contestar, ni siquiera dejando a su mejor amiga decir algo.
—Glimmer se la llevó.—Le salió casi como un susurro, infinitamente dolido y con voz un poco más grave de lo usual debido al llanto. Escuchó un jadeo consternado en la otra línea y casi se arrepintió de decirlo, pues sintió nuevas lágrimas mojando sus mejillas.—No sé qué hacer, Scorp.
Oyó en la lejanía el ajetreo y varios sonidos indescriptibles antes de escuchar un fuerte y claro:
—¡No hagas nada estúpido, Wild Cat! ¡Ahora voy!—Y lo siguiente que escuchó fue el sonido intermitente tras la línea. Respiró agitadamente varias veces y sintió algunas lágrimas derramarse por sus ojos nuevamente antes de reunir la suficiente fuerza para ponerse de pie nuevamente y verse como una persona decente. Volvió a intentar contactar a su ex-esposa, pero no dió resultado.
Se sentía de lo peor.
(...)
—¡Catra!—Fue lo primero que dijo la rubia antes de abalanzarse sobre ella en un abrazo protector al que prontamente se unió su mejor amiga, simplemente dándole la calidez que necesitaba. Aspiró fuertemente, no pudiendo controlar las lágrimas que salieron sin parar una vez más de sus ojos, tantas emociones arremolinándose en su pecho y causándole un dolor que nunca había experimentado antes.
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Late (Alt)
FanfictionUna vida amarga, años viviendo con aquella a la que llamaba el amor de su vida: Glimmer. Un matrimonio infeliz, un lazo olvidado. Y una hija. Pero había algo que se interponía en su "perfecto" camino. Adora. ■Historia alternativa de los hechos suce...