Donde Narumi quiere cumplir el sueño de su padre y abrir su propio bar luego de conocer todas las frutas del mundo. Para buena suerte, en su camino se cruza un capitán un poco fuera de lo común y tiene un amor inesperado.
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Ya hace varios días que habían partido a la isla a la que Buggy quería ir, las noches eran largas y los días muy calurosos, la marea estaba en calma y los pensamientos del peliazul se basaban en la pelirroja.
Narumi siempre estaba colocándose en situaciones peligrosas, hace dos días se encontraron con unas pequeñas nutrias cerca de una isla y Narumi por intentar ayudar a una que estaba enredada en unas algas casi había caído del barco, todo para que la dichosa nutria la mordiera y se desenredara ella sola.
Ahora ambos se encontraban mirando las estrellas acostados en una parte escondida de los demás tripulantes, Buggy estaba acostado en medio de las piernas de Narumi, ella le acariciaba la cabeza con mimo y de vez en cuando ambos se robaban pequeños besos.
El mar se comenzó a iluminar y al ambos acercarse al filo para ver que estaba pasando se encontraron con un hermoso panorama, habían cientos de medusas alrededor del barco y cuando Narumi estaba apunto de volverse a acomodar en el mismo lugar paso una estrella fugaz donde el peliazul pidió un deseo.
-Vamos Buggy, dime lo que pediste
-Si te lo digo no se cumplirá
-No puedo creer que en serio creas en esas supersticiones- el se acerco a ella y exclamó
-Cállate y bésame
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Esa mañana llegaron a la isla, era soleado el lugar y los habitantes estaban nerviosos por la presencia de los piratas, si bien a petición de Narumi no tomaron el lugar si se encargaron de tomar el puerto para que no pudieran avisar a la marina.
Narumi ayudaba en los bares a los que iba su tripulación y los dueños por lo general le daban una pequeña recompensa, a pesar de que ella siempre rechazaba el dinero sabían como hacerle llegar ese detalle de una u otra forma.
Buggy se encontraba en una búsqueda muy importante, nadie sabia de que se trataba sin embargo la tripulación intentaba ayudar, en realidad muy pocos hacían eso pero eso se debía a que el payaso había decidido cerrar la boca y evitaba dar pistas sobre su búsqueda, todos sabían que tenia que ver el objeto con el amarillo pero nada les daba la pista clave.
