Donde Narumi quiere cumplir el sueño de su padre y abrir su propio bar luego de conocer todas las frutas del mundo. Para buena suerte, en su camino se cruza un capitán un poco fuera de lo común y tiene un amor inesperado.
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Al siguiente día ella se acababa de levantar lista para empezar a preparar las mesas en el restaurante, estaba preocupada pues ayer Zoro no había regresado por la noche y era muy raro que sucediera eso, al llegar se encontró con una pequeña con los ojos llorosos.
- ¿Qué pasa Rika? ¿Alguien llego a hacer alboroto? - se arrodillo frente a la niña y le limpio las lágrimas que tenía acumuladas.
-Zoro está atado en el patio de la marina- abrazo a la mayor y lloro un poco más- ¿Crees que puedas llevarle comida? Mamá dice que no puedo ir.
-Claro que sí, tu solo colócalo en un plato y yo se lo daré a escondidas.
A la chica le encantaba llevarle la contraria a la marina constantemente y salir ilesa, no porque no haya sido sentenciada a muerte en más de una ocasión si no que no podían matarla, era demasiado escurridiza y mantenía un perfil bajo como para que no pudieran advertir al siguiente cuartel sobre ella o en realidad solo tenía muy buena suerte.
Ya se encontraba buscando a él peliverde cuando escucho parte de una conversación y al darse cuenta que el chico entraba justo por donde ella se encontraba le dio pánico, pero ya era tarde para escapar. Se llevo una grata sorpresa al ver a su cliente de ayer, el chico con sombrero de paja.
- Hola chica del restaurante, así que escuchando conversaciones ajenas ¿Eh? - si antes estaba avergonzada ahora estaba extremadamente sonrojada, tanto que distinguir su rostro y cabello era difícil- ¿Estas bien?
-Si, lamento mucho haber escuchado su conversación, pero venía a dejarle un poco de comida a Zoro, ayer no llego a la merienda y estábamos preocupados en el restaurante, es poco para compartir, pero tal vez tu también tengas hambre- ella le extendió el plato con las bolas de arroz y el emocionado agarro una- no las hice yo, pero espero te gusten, adiós y un gusto mi nombre es Narumi.
- El mío es Monkey D. Luffy y seré el rey de los piratas, muchas gracias Narumi. Eres muy amable ¿Cuál es tu sueño? - la chica sonrió encantada de poderle relatar su sueño, pero no era el momento.
- Si puedes pasar por el restaurante en unas horas te hablare con gusto de él, pero tengo que entregarle esto a Zoro, adiós Capitán- ella le guiño un ojo lo que le saco una sonrisa.
El chico se fue y ella avanzo despacio, pero vio que cerraban la salida y corrió desesperada por no tener que abrir eso ella.
- ¡Zoro! Soy Narumi por favor aun no cierres- salto para que el peliverde pudiera observarla- aquí tienes, Rika las manda- levanto su brazo y el agarro el plato. Ya libre del plato ella subió fácilmente y abrazo al chico. ¡Hoy era su día de suerte!
-Gracias linda ¿Vas de regreso o me acompañaras? -ella lo pensó un poco, no tenía nada que perder y pronto tendría que salir de la isla para ir a una nueva. Sería mejor ir acompañada en el camino por alguien tan fuerte como Zoro o como el chico con sombrero de paja.
