Maddy era una chica rubia, lindo físico e linda, que vivía en los Angeles, sus padres habían fallecido por un accidente automovilístico, no tenía hermanos, ni familia alguna.
Solo a su amiga, Abril Meyer, que siempre estaban juntas. Pero ellas no s...
Eran las 3 de la tarde, y yo estaba en la piscina con Derek, obviamente en la que era llana, mientras Derek jugaba con sus juguetes, yo tenía sólo mis pies en el agua. Hacía calor, pero yo estaba esperando a que llegara mi celular, jiji.
— ¡Maddy!— Grito Abril, saliendo de la casa y caminando hacia mi— Tom te llama— Se sentó a mi lado.
— Si, si, ¿Cuidas a Derek?— Pregunte mientras me paraba.
— Si-
Salí corriendo para adentro, por el viento mis pies ya no estaban mojados. Entre y seguí corriendo hasta el living. Ahí lo vi sentado en el sillón con algo en las manos, al verme a mi de paro rápidamente.
— Quieta— Ordenó divertido.
— ¿¡Ese es mi celular?!— Dije feliz y nerviosa.
— Mmm, no se...— Sonrió mirando la caja.
— Si no sabes, entonces me fijo yo— Me acerque a él pero me detuvo con su mano.
— Dije, quieta— Bajo la mano y me miro unos segundos— Para que te la de tienes que darme algo.
— ¿Que cosa? ¿Un hijo o hija? Listo, viene en camino. Ahora dame la caja.
— No, no— Río— Ósea si, pero como ya va a llegar eso quiero otra cosa.
— ¿Que quieres?— Me cruce de brazos.
— Un beso.
— ¿En serio? ¿Un beso?
— Bueno, si no quieres— Levanto las manos y se dio la vuelta para irse. Pero lo detuve.
— ¡No, no! Si quiero— Lo di la vuelta, me agarre de su cuello y lo bese.
Puso su mano libre en mi cintura mientras que la otra estaba detrás de su espalda. Intente quitársela pero me separo.
— Casi, casi eh— Volvió a reír mientras levantaba la caja.
— ¡Ya dámela!— intente alcanzarla, pero él era muy alto.
— Tranquila, como es nuevo sin abrir, hay que ponerle mi numero— Me agarro del brazo y me sentó en el sillón, el se sentó a mi lado.
— ¿Pues que esperas? ¡Ponlo!— Señale la caja— Pero déjame abrirla a mi.
Se rió y me la dio, la tomé y la puse en la mesita ratona, me arrodille y empecé a abrirla cuidadosamente, saqué lo que tenía adentro y empecé a quitar el papel que envolvía el celular. Cuando ya no tenía nada, quede con la boca abriera. UN IPHONE 11 BLANCOOO.
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— ¡MIERDA ES HERMOSO!— Dije para agarrarlo cuidadosamente y apreciarlo mejor.
— Préndelo así le ínstalas las apps y ponemos mi número— Sonrió mientras se recostaba en el sillón, mirándome.
