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-Aléjenlos  - pidió uno de los entrenadores, pero nadie se metió, al saber que ambos chicos tenían poderes  y era una estupida idea meterse  - Jarvis, llama a Wanda y  Natasha.

-Te pedí que fueras sincera – afirmó Pietro molesto mientras soltaba un golpe en el rostro a Kaira. - Confiaba en ti y me mentiste

-Lo siento – dijo la chica con voz triste, la cual había caído al piso por el golpe  mientras tocaba su rostro  por el dolor causado . – Simplemente pasó

-Simplemente pasó? – Preguntó sarcástico el chico – Una cosa es que se gusten y otra que le rompas el corazón, idiota – el chico no le importó si Kaira no se defendía, fue por ella con su super velocidad, para terminar rebotándola contra la pared de la sala de entrenamiento – Te pedí que me dijeras la verdad, Kaira – El rostro del chico se veía decepcionado. – Creí en ti – gritó mientras lanzaba a la chica lejos de él. Pero al parecer la furia le tenía perdido, porque las acciones anteriores no fueron suficientes; quería seguir peleando contra la chica. Si eso se podía llamar pelea, Kaira solo se dejaba ser golpeada

-Pietro, basta – Pidió Kaira intentando mantener la calma, para no herir a su amigo – Hablemos como personas civilizadas

-Ahora sí quieres hablar? – preguntó Pietro harto – Pero por que cuando Wanda te buscó, no querías ser civilizada, eh?

La chica no supo qué decir; su amigo tenía razón. Lo había arruinado totalmente. Ni las situaciones por las que pasaba eran excusa para su comportamiento 

-Te has comportado como una total mierda – afirmó Pietro – Ella estuvo para ti, pero dime ¿dónde estuviste tú?

-Lo arruiné – confirmó, diciendo las palabras que Pietro quería escuchar. – Arruiné todo con ella y contigo,  Lo siento.

La atmósfera de la sala de entrenamiento se volvía más tensa, los ojos de los pocos  presentes que quedaban en la sala reflejaban preocupación y consternación, mientras la relación entre Kaira y Pietro llegaba a su punto más critico 


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-¿Qué estabas pensando? – preguntó molesta Natasha. – En serio, estás fuera de control

-Lo siento – admitió decaída. – Pero no lo golpeé, lo juro, solo recibí  los golpes – afirmó mientras la seguía por el pasillo. – Natasha, espera por favor, no puedes culpar por eso, no hice nada 

-No puedo más – gritó Natasha molesta. – Ya hablé con Clint, te irás con él y no vas a volver hasta que un. psicólogo lo apruebe

-Nat, no, por favor – se acercó a la otra chica implorando. – Todo menos eso, no me quiero ir

-No está en negociación, te vas y regresas cuando estés lista o no regresas, Kaira – afirmó Natasha molesta, lo cual hizo que la otra chica se quedara paralizada en medio del pasillo mientras veía a la pelirroja alejarse. Se sentía la tensión en el ambiente, las miradas de los demás se cruzaban con incredulidad, mientras la vida de Kaira tomaba un giro inesperado

My everything   (Yelena belova )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora