4 Jongin

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Me levanto de la silla y le ofrezco mi mano al doctor que me acaba de dar información importante, más no toda la historia de mi prometido y la de su familia.

-Muchas gracias, estaré muy al pendiente de la salud de mi prometido-

-Por favor cuide bien de él, es un buen chico, es amable y dulce, tiene un corazón muy noble a pesar de todo lo que ha pasado-

-Voy a hacer mi mejor esfuerzo- hago una reverencia -Muchas gracias-

-Si él se vuelve a enfermar por favor no duden en llamarme –

-Claro, muchas gracias por su disposición – camino hasta la puesta del despacho – Lo acompaño a la puerta-

-Gracias- salimos del despacho, vamos hasta la puerta y me despido con formalidad, cierro la puerta y voy hasta la cocina y hay 2 chicas preparando comida.

-Disculpen ¿Qué están preparando?-

-El joven amo esta enfermo y la señora Kim nos pidió comida para él, la estamos preparando-

-Muchas gracias, en este momento iré al pueblo a buscar los medicamentos que le recetaron, por favor cuiden bien de él- ambas hacen una reverencia.

-Si señor, vaya con cuidado-  asiento, salgo de la cocina y voy hasta el jardín delantero de la mansión, me subo a mi auto y sin pensarlo me pongo en marcha al pueblo.

Aprovecho este viaje al pueblo para poder pensar en las cosas que me dijo el doctor, realmente mi prometido está mal, se nota que no ha comido bien en muchos años, y su cuerpo se a sobre esforzado demasiado, tiene golpes en varias zonas y el doctor dice que el color grisáceo de su piel no le gusta.

El viaje se convirtió en un cuestionario al aire, tengo muchas preguntas y cero respuestas en este momento y realmente es molestó el estar a ciegas sobre un tema que me interesa.

Llegó al pueblo y voy directo a buscar las medicinas que me indico el doctor, aprovecho de pasar por varias tiendas y comprar cosas que posiblemente el necesite, adicional programo una cita con el sastre de mi familia.

Cuando creo que tengo todo lo que necesito veo algo en una vitrina que me hace regresarme a la tienda, ingreso y pido el producto que acabo de ver, me lo muestran y sin pensarlo lo pago y que lo empaquen de la forma más delicada que tengan, me entregan lo que pedí y me retiro, voy hasta mi auto y me pongo en marcha a mi hogar.

-Hogar, primera vez que pienso en esa casa de esa manera-

El viaje se me hace largo, creo que el desear en llegar hace que la carretera se me haga extensa, es agonizante sentir que conduzco por lo que parecen siglos cuando en realidad es solo 1 hora o menos.

Cuando llegó a la casa las mujeres que ayudan salen rápido a recibirme, cuando ven las comprar que traigo se ofrecen en ayudarme de inmediato y toman parte de los paquetes menos el más importante.

Ingresamos a la casa y pido ir directo a la habitación de mi prometido, lo veo sentado en la cama luchando con un plato de sopa de arroz.

-¿Por qué apenas está comido?- veo molesto a las mujeres que deje preparando su comida.

-Acabe de despertar- su voz tan apagada hacen que me sienta mal, él realmente está mal – No es culpa de ellas, en cuanto vieron que desperté trajeron la comida, está caliente y deliciosa, por favor no las regañes por mi culpa-

-No estoy molesto con ellas, solo estoy preocupando por ti- veo una ligera marca roja en sus mejillas.

-No debería, es un malestar tonto y ya para mañana estaré bien para hacer las actividades de la casa-

-Creo que esta mañana indique que tú no harás labores domésticas-

-Lo siento, yo realmente no sé hacer otra cosa que no sea estar pendiente de la limpieza de una casa, lo lamento-

-Joven amo no se preocupe por esas cosas, nosotras podemos hacer la limpieza como siempre-

-Por favor déjenos solos, muchas gracias por su ayuda- las 2 chicas y la señora Kim hacen una reverencia y salen de la habitación de mi prometido.

-Lo siento, no quiero hacerlo molestar-

-Por favor deja de pedir disculpas por todo que pierde la intensión, entiendo que viviste tú vida como un sirviente, pero en esta casa eres mi prometido, aquí mandas tú, así que por favor deja de tratarte como menos-  el baja la cabeza.

-No se como hacerlo, nací para servir a los demás, para ser menos que todos ustedes, yo nací siendo inútil y una decepción-

-Naciste para ser mi prometido, llegué tarde a tú vida, pero de ahora en adelante tendrás otra vida- me acerco a él, me siento en el borde de la cama y le extiendo la caja de regalo hacha en madera – Con este obsequio pido de manera formal que seas mi esposo- él la toma y la abre con cuidado, la pulsera en plata y una piedra rubí brilla – Por favor se mi esposo-

Tomo la pulsera con cuidado, tomo su mano y le doy un ligero Beso en el dorso, un roce solamente, coloco la pulsera y en su muñeca tan delgada se ve hermosa.

-¿Aceptas?- él asiente.

-Acepto ser su esposo- no puedo evitar sonreír, me coloco de pie, tomo todos los paquetes y los coloco sobre la cama - ¿Qué es todo eso?-

-Son regalos para ti, ropa, cremas, perfumes, jabones, todo lo que necesites y te hagan sentir mejor, además compré ropa de  cama nuevos, queria comprar cosas que pudieran verse bien contigo-

-No debió comprar tantas cosas, no debió gastar eso dinero en mi-

-Claro que sí, de ahora en adelante no te faltará nada, ni el alimento, vestido o salud, no soy el mejor hombre, pero quiero ser el mejor para ti, por favor enseñame a ser un buen prometido y un futuro buen esposo para tener un feliz matrimonio-

-Por favor téngame paciencia, yo solo se ser un sirviente, no un prometido, pero prometo esforzarme para ser bueno para usted-

Feliz matrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora