NUEVA VERSIÓN
Louis, un exitoso cantante en el apogeo de su carrera, recorre el mundo con su gira, deslumbrando en cada ciudad y dominando los escenarios. Entre canciones y aplausos, su vida parece perfecta y, técnicamente, lo es, hasta que en medio...
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—Odio los malditos lunes.
Caminan por las calles, sus pasos pesados y la actitud cansada, como si el lunes mismo tuviera la capacidad de arrastrarlos hacia abajo. El aire gélido de Londres los rodea, y el viento hace que la ciudad parezca aún más gris y distante.
Harry, a su lado, tiene la nariz roja y las mejillas sonrojadas por el frío. Se ajusta el abrigo alrededor de su cuerpo, el frío haciendo que sus manos se metan en los bolsillos, buscando algo de calor. Su respiración se mezcla con la niebla del aire, pero no parece tan afectado por el día como su amigo.
—Deberías relajarte, Niall. Ya sabes que los lunes son siempre así —Harry responde, sin mucha emoción, como si estuviera acostumbrado a sus quejas por la misma razón cada semana.
Niall lanza una mirada hacia él, un poco molesto pero también resignado. Está envuelto en su bufanda, sus manos ocupadas en frotarse la cara para calentarla.
—No es solo el lunes... es todo lo que viene con él. —Niall suspira, mirando el cielo nublado, los edificios altos y distantes, pero aún impresionantes a pesar del gris que cubre todo. —Es como si todo estuviera en contra de nosotros hoy.
Harry no puede evitar sonreír, moviendo un poco la cabeza mientras observa a su amigo. A pesar de las quejas constantes de Niall, siempre ha sabido cómo mantenerse optimista, aunque hoy no tiene muchas palabras para eso. Solo camina más rápido, buscando avanzar, mientras el viento sigue golpeando sus caras con cada paso.
—Es solo el lunes —Harry dice, su tono lleno de tranquilidad, como si el día fuera solo una parte más del ciclo sin mucho que hacer al respecto.
Pero, aunque no lo diga, en el fondo Harry también siente ese arrastre de la semana que comienza, esa pesadez del lunes que parece apoderarse de todos. Aun así, caminan juntos, sus pasos sincronizados, sin dejar que el frío los haga desistir de seguir adelante.
De repente, Niall vuelve a gruñir:
—¡Odio los malditos lunes!
Harry se detiene en seco, gira sobre sus talones y lo mira con una mezcla de exasperación y diversión.
—¡Ya entendí, Niall! —exclama con una sonrisa incrédula—. ¡Cállate de una vez!
El rubio lo mira sorprendido por un segundo antes de romper en carcajadas. Harry lo observa, negando con la cabeza pero sonriendo, mientras ambos retoman su camino. Al final, el lunes no parece tan malo cuando tienes a alguien con quien quejarte.
Mientras continúan caminando, el teléfono en el bolsillo trasero vibra. Lo saca y desbloquea la pantalla, su sonrisa ensanchándose al leer el mensaje que acaba de llegar.
El nombre de Louis Tomlinson resalta como un faro en la pantalla, y una calidez desconocida reemplaza el frío de la mañana.