Parte 2

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Después de sobrevivir a esa masacre el guardia la llevo a un baño, donde ella se desvistió y entro bajo el agua al instante, quería sacarse la sangre de los muertos no le importo que el guardia miraba su escultural cuerpo con deseo, cuando termino de asearse le llevaron ropa, pantalón largo y un top deportivo, junto a una armadura de cuerpo, que consistía en botas, dos antebrazos y una hombrera.

Luego fue llevada a una celda individual chica, pero tenía una cama y no estaba sucia, donde se acostó y lloro por horas, hasta que el cansancio y el sueño le ganaron, durmiéndose hasta la noche que nuevamente fue despertada y llevada a un salón que parecía el de un rey de películas, aunque el trono estaba vacío, de pie al lado del trono estaba el demonio con cuernos grandes, que comenzó a hablar cuando todos los prisioneros y otros demonios ya estaban reunidos — El señor judas no se puede hacer presente porque tiene una reunión con el mejor general de los ochos, el gran Leviatán, pero digo que disfrutáramos nuestro banquete — Fue así que las mesas largas fueron llenadas de comida, por otros seres extraños de color rojos, parecían duendes altos.

Todos se sentaron incluidos los prisioneros, pero algunos no comían, y al notar esto el demonio continúo hablando — Coman humanos, que esta puede ser su última cena — Pensando fría mente no tendría veneno la comida, podían matarlo con facilidad así que todos comenzaron a comer un rico asado de cerdo.

Cuando terminaron de comer, el demonio grito con felicidad — Ahora el postre — Palmeo sus manos y comenzaron a aparecer seres con collares parecidos a los de ellos, pero si podían hablar, una mujer hermosa con orejas puntiagudas que parecía un elfo se sentó en la falda del demonio con grandes cuernos.

A Martina se le acercó un humano joven y con un miembro muy grande, preguntándole — Prefieres hombres, mujeres o ambos — Ella inconscientemente se quedó mirando esa enorme cosa.

Ella amaba a Gonzalo, pensaba decir que no quería nada, pero los gemidos comenzaron a llenar el lugar con rapidez, muchos de los jóvenes agarraron una elfa, que era el sueño de cualquier humano, otros dos, mientras que muchos demonios no discriminaban en razas o en sexo a la hora de disfrutar de lo carnal.

Ella se sirvió una gran copa de vino y le hizo seña que bajara, el joven esclavo acostumbrado a esta situación comenzó a darle placer a Martina que no perdía detalle de lo sucedía con las demás parejas, noto que los demonios eran una raza superior, tenían un estado físico único, las elfas caían rendidas, pero ellos continuaban con otras.

Los gemidos duraron por horas, el joven esclavo no salió de la entrepierna de Martina, hasta que el demonio con cuerno volvió a hablar — Si mañana sobreviven esto lo tendrán cuantas veces quieran, ya que los convertiremos en soldados nuestros, ahora vallasen con uno o dos esclavos a descansar.

Dicho esto, los guardias le hicieron señas para que caminen, los aproximadamente cien prisioneros comenzaron a caminar, Martina con el lindo esclavo de la mano, si sería su última noche tendría la compañía de un buen pedazo de carne, pero entre los demás prisioneros vio a su amado Gonzalo, que estaba llevando a dos elfas agarradas de sus nalgas.

Intento insultarlo, pero sería una hipócrita ella también tenía un esclavo, además en el fondo se alegró un poco, ya que esta noche podría disfrutar de su compañía sin remordimiento alguno, ya que su novio también lo estaría haciendo con otras.

Gonzalo nunca vio a su amada, pero si disfruto a las dos elfas con pasión, lo mismo hizo Matina, que fue despertada por el guardia, ella estaba desnuda y el esclavo la abrazaba — Es hora del ultimo evento, si sobrevives serás una de la nuestras, vivirás por siempre bella y joven — Diciendo unas palabras apoyando la mano en el collar, este se despendio.

— Puedo hablar, gracias — Sintió que no solo sus palabras salieron, sino que su alma fue liberada.

— Es la orden de los jefes, suerte ahora que aposte por vos, te conviene no morir — El demonio palmeo su espalda.

Sin saber mucho que decir, pregunto — Algún consejo.

— Se egoísta si te quieres convertir en demonio, lo que quiero decir, prioriza tu seguridad, yo hasta hace un mes era un humano y sobreviví a algo parecido a vos priorizando mi bienestar.

Sin saber mucho de que hablaba, le agradeció por el consejo, se vistió ante la atenta mirada del guardia y fue llevada nuevamente a un lugar distinto, miro por una ventana con rejas, preguntando — Es el coliseo romano.

— No, es un coliseo, pero no el romano, el de Judas un duque del infierno, casi en todas las ciudades ahí coliseos, o centro de luchas, es uno de los espectáculos más amados.

— Bueno son demonios, sin dudas disfrutan de la sangre.

— No solo los demonios, las demás razas son iguales, si te conviertes te darás cuenta de que te hablo.

Fue así que fue llevada con los otros cien, que estaban preparados para la lucha, los guardias le dejaron agarrar un arma de tantas que había antes de salir a la arena del coliseo, Martina agarro una lanza, fue en ese momento que se acercó Gonzalo con lágrimas en los ojos — Amor también estas acá...

— Si igual que las dos elfas que te cogiste anoche, pero no te sientas mal, yo me cogí a un lindo chico qué la tenía enorme, mucho más que vos — Le serró un ojo, con picardía y bronca incluida.

Gonzalo no supo que responder, y cuando estaba por decir algo las puertas se abrieron, los cien prisioneros salieron a la arena, pero no había nadie, sería un todo contra todos de vuelta, con esas dudas en el corazón se comenzaron a mirar unos a otros.

Martina La Nueva  DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora