Capítulo 11

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NARRA CATH:

He estado hablando con Haley y hemos llegado a la conclusión de que la manera más fácil, rápida y segura de saber que es lo que hay entre Rod y yo es preguntarle a él. 

Definitivamente no es la mejor idea que hemos tenido ya que esto podría terminar con un noviazgo, o bien con un corazón roto, un mar de lágrimas, cinco botes de helado y un montón de malas películas románticas.

Así que en el periodo libre entre clases encuentro mi oportunidad. Me acerco a su mesa y las miradas de los chicos se posan en mí. 

-Rod, ¿podemos hablar?-Ellos siguen mirándome expectantes.-A solas-Aclaro. 

-Oh, por supuesto. 

-Él se levanta y todos nos siguen con la mirada. No entienden qué significa "mirar discretamente." Avanzamos por los pasillos hasta que encuentro uno vacío. 

Me entran las dudas. ¿Enserio quiero saber esto? Bueno, claramente sí. Pero... ¿Y si dice que no le importo?

Ay, ya, al diablo con todo. 

-Rod, ¿qué somos?

Al principio luce confundido. Pero luego se da cuenta de a qué me refiero y esboza una leve sonrisa llena de cariño. Sus ojos se vuelven aún más oscuros de lo que ya son. 

-Somos lo que tu quieras que seamos. 

¡Pero yo no sé qué quiero que seamos! De hecho, esperaba que él me diera la repuesta. 

-¿Y si no sé qué es lo que quiero? 

-Entonces podrías simplemente darnos una oportunidad-Se quita un anillo que lleva y su rodilla va al piso.-¿Quieres ser mi novia, Cath?

No puedo evitar sonreír. 

-Sí-Contesto,  y en cuanto mis labios pronuncian esas dos letras me siento liberada. Porque, aunque antes no sabía, ahora tengo claro qué es lo que quería desde el principio. 

Me pone el anillo y se para. 

-Es muy lindo-Tiene un lobo grabado en él.-Auque me queda un poco grande-Digo riendo al notar que se desliza fácilmente por mi dedo. 

-Puedes ponerlo en una cadena. 

-No es mala idea. 

Rod entrelaza nuestros dedos y podría jurar que mi corazón deja de latir para luego reanudar su marcha a una velocidad impresionante. 

Regresamos con los demás y Rod me sienta a su lado. Haley nota esto y se sienta en la mesa. Sam la acompaña, pero no parece muy feliz. La desilusión de que no sea gay, supongo. 

Todo por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora