CAPÍTULO III: Tierra

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Antes de que cualquier asteroide pudiese impactar con Tierra, estos fueron destruidos por Luna, quien también lanzo unos asteroides desde lejos.

—¡No se atrevan a lastimar a mi planeta!—Grito el satélite mientras se preparaba para seguir atacando—¡Tierra, reacciona!

Pero Tierra parecía no reaccionar, seguía viendo el vacío mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.

—Creí que habías salido del sistema solar—Murmuró sin entender Ganimedes.

—Que te puedo decir, soy una luna llena de sorpresas—Sonrió mientras le lanzaba otro asteroide que ni Ganimedes ni Europa pudieron evadir—Son grandes líderes, he de admitir. Pero son pésimos en la batalla.

Europa se escondió detrás de Ganimedes al esquivar otro asteroide.

—Luna tiene razón, debemos dejar que las demás lunas ataquen—Susurro tratando de que los planetas no la escucharan—Lo que no entiendo es porque no atacan—Chillo frustrada.

—¡¿Qué esperan?! ¡Ataquen!—Les ordeno a las demás lunas, pero estos lo miraban fulminantes.

—¿Por qué debemos atacarlo? Él también es una luna—Se opuso Encelado, al igual que las demás lunas.

—¡Él no cuenta, él es un traidor, está del lado de los planetas!—Ganimedes estaba frustrado, ¡¿por qué no le hacían caso?!—¡Es una orden!

Las lunas dudaron mirándose entre ellas, pero basto con ver la mirada amenazante de Europa para obedecer. Miraron con pesar a Tierra y Luna, preparándose para atacar.

—Todo es mi culpa, todo es mi culpa—Se repetía una y otra vez Tierra mientras Venus y Marte se acercaban poco a poco a él.

—¡Tierra, maldita sea, reacciona de una buena vez!—Venus estaba alterado, ¡¿qué carajos le pasaba a Tierra?! Le habían reseteado la corteza o qué.

—¡Tierra, escúchanos, debes de moverte, hazlo por nosotros!—Muy tarde, las lunas de Saturno y Júpiter lanzaron con fuerza sus asteroides, Luna pudo evadir los que se dirigían hacia él, pero no podría defender a los planetas—¡Tierra te necesitamos!

Marte y Venus se pusieron frente a Tierra, dispuestos a recibir los impactos para que él no saliera lastimado, pero en un parpadeo sintieron sus cuerpos ser arrastrados por algo.

Tierra había usado su campo gravitacional para huir junto con ellos.

—¿Cómo-?—Venus no sabía como reaccionar, ¿cómo había sido capaz tierra de arrastrarlos? Eran casi del mismo tamaño.

—Aunque tenemos casi el mismo tamaño que la Tierra, nuestras densidades son diferentes, al igual que nuestro campo gravitacional, también tiene experiencia atrayendo a la Luna hacia sí mismo, manteniéndolo en eje.

—Pero Luna es mucho más pequeño, y nosotros somos mucho más densos—Seguía impresionado, y algo mareado debido a las vueltas y desviaciones que hacía Tierra para que ningún asteroide chocara contra él y ellos.

Tierra se escondió detrás de un par de asteroides, esperando que sirviera de escudo, al menos por un tiempo.

—¿Tierra, como pudiste hacer todo eso ayudándonos a escapar?—Marte no tenía todas las respuestas a las dudas de Venus, y él también quería saber.

—Eh...—No podía negar que se sentía nervioso, ya había pasado un tiempo desde que no hablaban, se sentía como conocerlos de nuevo—Use el campo gravitatorio del sol y mi gravedad para atraerlos a mí y mantenerlos en eje, como si fuesen mis lunas—Evito reír al ver la expresión de Venus al referirse a ellos como lunas—Y combine sus gravedades para mantenerme en órbita, así como lo hace Luna.

En Busca del PerdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora