Capítulo 3

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Pov Madelaine
Thiago ya está en la cocina y ha preparado dos tazones de frutas. Me puse una camiseta básica negra con unos shorts negros también.

Madelaine.- ¿te gusta como me queda?

Thiago.- te ves preciosa con mi ropa- muerdo mi labio inferior, inconscientemente-.

Madelaine.- seguiré robándote la ropa hasta dejarte sin ella- guiño un ojo-.

Thiago.- te acepto el contrato.

Madelaine.- ¿de cuánto estamos hablando?

Thiago.- barato no soy.

Madelaine.- ¿cuánto le has costado al Arsenal?

Thiago.- ciento ochenta millones.

Madelaine.- ¡¿cuánto?!

Thiago.- ya te he dicho que barato no soy.

Madelaine.- ¡wow! Creí que era menos.

Thiago.- no, no. Soy bastante caro.

Madelaine.- muy bueno tienes que ser.

Thiago.- el balón y yo somos uno solo.

Madelaine.- lo noté en el último partido.

Nos sentamos a cenar, él me cuenta cómo era su vida en Madrid y me ha prometido que algún día iba a llevarme a la capital española para que conociera la ciudad y dónde él jugó.

Después de terminar de cenar, entre los dos recogimos todo y nos fuimos al salón.

Thiago.- puedes tumbarte, no pasará nada.

Él coloca sus pies sobre la mesa y deja que ponga mis piernas sobre su regazo.

Thiago.- ¿te apetece ver algo?

Madelaine.- no sé.

Thiago.- elige tú. Eres la invitada.

Madelaine.- ¿una película?

Thiago.- me parece bien. Elige tú.

Me pasa el mando para que elija película y escojo una comedia romántica. Thiago se me queda mirando y yo alzo una ceja.

Madelaine.- ¿qué pasa?

Thiago.- nada, nada.

Madelaine.- tú me has dejado elegir película.

Thiago.- sí no me molesta esa película.

Empezamos a ver la película, el salón está a oscuras y solo nos refleja la luz de la tele.

No sé cómo acabé recostada en el pecho de Thiago, sintiendo sus caricias en mi cabello.

En algún momento de la película me quedé dormida en el pecho de Thiago, lo miro, aún somnolienta y aparta un mechón de mi cabello.

Thiago.- es hora de dormir.

Madelaine.- ¿podría dormir contigo? Es que no quiero dormir sola.

Thiago.- claro que sí, pelirroja. Dormirás con el rey brasileño, el niño samba.

Eso me causa gracia y rio por unos segundos. Me quito de encima suya para que podamos subir, pero antes haría mis necesidades.

Unos minutos más tarde, Thiago y yo ya estamos en la cama. Yo me encuentro muy cansada. Él está igual o peor que yo.

Madelaine.- ¿me abrazas para dormir?

Thiago.- ¿cucharita?

Madelaine.- sí, porfa.

Simple casualidad || Madelaine Petsch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora