Capítulo 01

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El pasado es algo de lo que no se puede huir ni esconderse.

La vida era como una montaña rusa, con subidas y bajadas y también con curvas peligrosas.

Todo cambió desde aquel día.

La vida comenzó a ser como una rueda de la fortuna en la que siempre estaba en la cima para admirar los bellos paisajes, pero nada puede ser eterno, en algún momento tendrá que bajar de esa rueda de la fortuna.

El mundo exterior no era como lo pintaban los demás en su manada, era demasiado tranquilo, ya no tenía que pelear con otras manadas por el territorio, ahora solo pagaba por vivir en un departamento que no era ni la mitad de su baño, pero eso estaba bien para él, lejos del dolor y rencor.

Pudo reconstruir su vida después de escapar de su manada, es algo triste si lo piensa, con tan solo diecinueve años tuvo que huir para reconstruir su vida, era muy joven cuando todo comenzó.

Pero no valía la pena pensar en cosas del pasado, no ahora que tiene una vida mejor en la ciudad, alejado de toda manada cercana que quisiera dañarlo.

Ya casi será luna menguante, el día en que sus instintos animales salían a la luz, era demasiado doloroso teniendo en cuenta su especie.

El señor Hiruzen le deseo un buen día como siempre desde que comenzó a vivir en el complejo de apartamentos, tenía vecinos amables y comprensibles, no como en su manada en donde todos lo miraban con odio y rencor esperando a la mínima equivocación para juzgar.

Su jefe era muy amable y siempre tenía esa sonrisa en el rostro, podía decir que parecía que ese hombre era un rayo de sol que brilla en cualquier lugar.

Su trabajo era simple, atender a los clientes, tomar sus órdenes y llevar las órdenes a los clientes, a veces recibía buenas propinas, otras veces no le iba tan bien, pero eso era cuando algún anciano gruñón era cliente.

Tuvo mucha suerte cuando llegó a la ciudad a vivir, un amable señor le indicó un complejo de apartamentos barato y bonito y el dueño del edificio le había ayudado a conseguir un trabajo en un negocio de un amigo suyo.

La tranquilidad que sentía al llegar a su pequeño apartamento no era nada comparado a algo que hubiese sentido antes.

El cesto de ropa sucia se estaba acumulando, tenía que ir a la lavandería lo más pronto posible, antes de que el cesto se convirtiera en un monstruo de ropa sucia.

Lamentablemente el edificio no contaba con lavadoras o secadoras por lo que tenía que ir a una lavandería a unas cuadras para lavar su ropa. Conocía un poco a la chica que atendía la lavandería, siempre tan despreocupada, parecía nunca darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor.

La lavadora tardaría en terminar de lavar aproximadamente media hora. Ahora que lo piensa, se estaba quedando sin comida para lo que resta de la semana, podría ir a la tienda cercana a la lavandería a comprar cosas para preparar comida durante la siguiente semana. Fue un gran problema que aprendiera a cocinar solo, nunca lo había hecho, las Omegas mayores de la manada solían hacerlo.

Para cuando regresó a la lavandería Anko, la encargada de la lavandería, había sacado su ropa que ya estaba lista y la había doblado y guardado en un cesto para cuando llegase.

—Lamento las molestias.

—No te preocupes, no es nada, vuelve con cuidado.

Pronunció la mujer al ver qué ya era de noche, sabía que ese rubio es un Omega y es peligroso para ellos salir durante la noche por la delincuencia.

—Lo haré.

La mujer no entendía como un ser tan dulce podía existir, aunque el rubio no lo supiera, él también era un rayo de sol.


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—Karin, debes encontrarlo y mantenerlo a salvo, alguien ya sabe que escapó y lo están buscando.

—Madre, yo te juro que lo encontraré, aunque sea lo último que haga.

—Fue bueno que escapara ¿No lo crees?

La joven Alpha apretó su agarre en la mano de su madre Alpha, había quedado en cama luego de una herida causada por la manada de lobos, bajaron la guardia después de ganar el territorio de Red Moon hace cuatros años. Lograron defenderse, pero la Alpha líder fue herida de gravedad, la manada de lobos se llevó a un Omega al confundirlo con el hijo Omega de la líder Uzumaki.

—Si, fue realmente bueno que lo hiciera.

—Por favor, cuando lo encuentres protegelo.

Karin sentía el agarre cada vez más débil, el corazón de su madre estaba latiendo muy despacio a cada segundo.

—Siempre los amé, a ti, a tu hermano, a tu madre, a Minato, no quería que esto terminará así.

La voz de quién alguna vez fue fuerte líder fue desvaneciéndose, perdiéndose en el silencio de la noche. La fuerza y el liderazgo murió, pero nació una nueva fuerza.

Do I Wanna Know?  NejiNaru Donde viven las historias. Descúbrelo ahora