Primera impresión

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Quizás esta no sea la forma ideal de comenzar una carta que expresa mis reflexiones sobre la vida cotidiana y espiritual. ¿Existe una manera correcta de abrir el corazón?

¿Han considerado el valor de la primera impresión? A menudo escuchamos que "la primera impresión es crucial", especialmente en situaciones como entrevistas de trabajo o presentaciones importantes.

Cada día ofrecemos nuestra primera impresión a alguien. Aunque no siempre brindemos nuestro mejor servicio o mostremos la mejor imagen, esa persona se llevará algo de nosotros en su memoria y, dependiendo del impacto, también en su corazón.

¿Por qué darle importancia a las primeras impresiones? Es simple. Cada día, Dios crea algo nuevo y renueva su misericordia. Si Dios nos ve desde cero diariamente, sin recordar los pecados pasados, solo mirando la intención, acción, actitud y deseos de HOY, significa que cada día le proporcionamos a Dios una primera impresión.

Mi conflicto interno es el siguiente: Si cada día ofrezco (debido a mi posición laboral) una primera impresión a un mínimo de 100 personas y según el reglamento laboral debo brindar la mejor experiencia posible, ¿por qué cuesta aún más dar lo mejor de nosotros a Dios, quien siempre nos da lo mejor de Él?

¿Por qué pareciera que nos importa tan poco esforzarnos por dar la mejor primera impresión a Dios? Creo que caemos en la seguridad irresponsable de que Él nos ama. Y cuando hablo de "irresponsable" quiero decir que esa seguridad que tenemos en él no debería impulsarnos a entregar menos, sino más.

En fin, hoy reflexioné, gracias al Espíritu Santo que siempre me guía, sobre la importancia de dar lo mejor de nosotros no porque las personas lo merezcan, sino como una forma de honrar a Dios, ya que la obediencia es también su lenguaje de amor.

CARTAS DE UNA JOVEN CREYENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora