¿No les sucede que en ocasiones experimentan una sensación de desorientación?
De manera gradual, casi imperceptible, como los pétalos de una flor que han viajado millones de millas y kilómetros; van cayendo con el paso de los años, dejando parte de nosotros extinguirse... Y nos sentimos perdidos.
Perdidos al notar que ya no somos quienes éramos, que no experimentamos las mismas sensaciones, que no realizamos las mismas acciones que solíamos hacer, que no pensamos o hablamos como solíamos hacerlo "antes".
Perdidos al notar nuestra madurez asomarse. Perdidos al notar que las decisiones que una vez nos parecían difíciles, ahora fluyen con naturalidad.
Perdidos...
Pero conociendo el sendero.
Perdidos...
Pero con pleno conocimiento de nuestra identidad.
Perdidos...
Pero manteniendo nuestra fe intacta.
Perdidos...
Pero evolucionando. Con firmeza y determinación, avanzando hacia el futuro con pasos vacilantes pero firmes.
Perdidos porque debemos iniciar la labor de rediseñar la habitación de nuestra infancia, renovar los muros de nuestros recuerdos y, sobre todo, desempolvar la estancia de los sueños, conservando únicamente lo esencial.
Perdidos porque comenzamos a percibir el desinterés por aquellas cosas que anteriormente considerábamos indispensables.
Perdidos porque debemos iniciar con la balanza de prioridades, y estructurar bases sólidas con los principios y enseñanzas adquiridas.
Perdidos porque nos vemos obligados a redescubrirnos, a analizarnos cada día. A preguntarnos una y otra vez... ¿quién soy?
Perdidos porque, aunque conocemos nuestra esencia, seguimos aprendiendo y descubriendo nuevos aspectos de nosotros mismos. Y si bien tenemos una identidad definida y segura en nuestra fe, también enfrentamos las interrogantes de los demás: "¿En qué deseas enfocar tu vida?", "¿Qué aspiraciones académicas tienes?", "¿Cuál es tu propósito en la vida?". Y es en este punto donde, a pesar de contar con respuestas claras, nos sentimos...
Si, exacto.
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CARTAS DE UNA JOVEN CREYENTE
De Todo"Dios quiere sanar aquello que te cuesta hablar". Espero comprendas que solo soy un joven humano que emprende su propia búsqueda sobre quién o cómo debería ser; y redactaré los altos - medios - y bajos del camino de una joven creyente ante la expect...
