HASTA QUE LA LLAMA QUEDE AL MÍNIMO

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La vida es como la llama de una vela,
días en los que resplandeces más que una estrella,
y otros que desearías que nunca hubieran ocurrido,
instantes de tener toda la cera por delante,
además de momentos donde todo queda derretido,
pero todo es igual de importante.

En una celebración navideña mi llama tiene un tamaño abismal,
pero soy como una pequeña gota cuando todo está mal.

Un día alguien me dijo que valore cada segundo como si no hubiera más,
que viva el presente porque no regresará jamás,
sus ganas ganaron ya,
aunque lo seguirán haciendo todos los días sin fallar,
Elena nos enseñó a disfrutar,
ya que no sabemos cuando esa llama se va a apagar.

Según pasa el tiempo la vela se va gastando,
y toda su cera se va fundiendo.

Esas personitas especiales que tratan de que no deje de brillar,
aunque un agradecimiento no sea capaz de formular,
daros por aludidos aquí,
comprender que lo sois todo para mí,
si estoy en esta posición es gracias a ellos,
por eso no me dejo influenciar por los comentarios aquellos.

Todos deberíamos vivir al máximo,
hasta que la llama quede al mínimo
P.G.G

La batalla de mi historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora