Feliz cumpleaños sol

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Una vez su madre lo bajo del coche salió corriendo hacia la puerta de aquella vieja casa de piedra, teniendo cuidado de no caerse en los tres escalones que había justo antes de su destino.

Al no llegar al timbre dio varios golpes en la madera, esperando que fuera suficiente para llamar la atención del hombre que vivía allí. No tardó mucho en escuchar unos lentos pasos acercarse a la puerta.

-Abuelooo- gritó el pequeño, a la vez que se tiraba hacia el anciano que acababa de abrir la puerta.

-Hola Jack- Le contestó devolviéndole el abrazo- Pasa.

El niño entró corriendo hacia el salón, dónde, tumbadas en el sofá, se encontraban las dos gatas de color café. Mientras el niño jugaba con los animales, su madre se acercó hasta el anciano.

-Gracias por quedarte con el tan temprano papá- Dijo mientras abrazaba al hombre.

-No te preocupes cariño, nos lo vamos a pasar genial.

La mujer se despidió de su hijo con un beso en la mejilla y se puso rumbo a su trabajo, mientras nieto y abuelo quedaban dentro de la casa desayunando.

-Jack- Llamó la atención su abuelo- ¿Quieres ir a dar un paseo?

-Si, si, si- Se entusiasmó el pequeño, ya dirigiendose hacia la puerta . Le encantaba pasear con su abuelo, en verdad era muy divertido.

Salieron a las frías calles bien abrigados, nieto y abuelo cogidos de las manos. El pequeño Jack iba contando todas sus divertidas anecdotas.

-Sabes que abuelo, ya sé que quiero para mi cumpleaños- Cambió de tema.

-Pero Jack, aún falta mucho para eso.- le rebatió su abuelo.

-Eso no importa, así cuando me pregunteis ya estaré preparado. ¿Cuando es tu cumple abuelo?

-El veiticuatro de diciembre

-El día de navidad- Se sorprendió el pequeño

-Exacto

-Eso es en...- El niño intentó contar con sus pequeños dedos- en poco tiempo abuelo, que quieres por tu cumple?

-Es en siete dias Jack, si. Pero lo que quiero por mi cumpleaños no lo puedo tener.- Dijo el anciano mietras miraba a su nieto.

- Porque no? Siguió preguntando Jack.

-Por que ya lo tengo todo- Dijo el hombre mientras le daba un toquecito a la nariz del niño.

Siguieron conversando mientras llegaban su destino.

Entraron a la floristería, siendo arropados por el calor del establecimiento.

-Buenos días Louis- saludó la chica detrás del mostrador- Ahora mismo te traigo el ramo- Dijo antes de desaparecer detrás de una pequeña puerta.

-Por que sabe tu nombre abuelo?

-Vengo aquíi todos los días desde hace años, fui amigo de su madre, la antigua dueña.

-Tienen flores muy bonitas, mira esas- Se impresionó el niño, tirando de la mano de su abuelo para que mirara unos tulipanes rojos.

-Quieres unas Jackie?- Preguntó el hombre.

No hizo falta que el niño respondiera, pues se le iluminó la cara y se dirigió hacia ellas para conseguir alguna, acabó mezclando varios tipos, entregándoselas a la chica del mostrador una vez volvió con el otro ramo.

-Cóbrame estas también Laura.

Una vez pagaron y la chica ató las flores de niño con un precioso lazo volvieron a salir de las tienda, despidiéndose hasta el día siguiente con la mujer.

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