En ese cuadro parecía que no pasaba el tiempo, siempre estaba brillante, impoluto y los colores se mantenían vivos, tal y como el día de ser terminado. Los personajes y el campo se mantenían estáticos, siempre en primavera, mientras que el mundo real cada primavera significaba el paso de un año.
Mientras la mujer del cuadro miraba hacia fuera, como si estuviera rompiendo la cuarta pared, Harry estaba mirándola a ella. No importaba las veces que viera ese cuadro de Monet, lo hipnotizaba como la primera vez.
La primera vez que vio el cuadro fue en una foto, en clase de arte, en el instituto, le gusto, pero no se enamoró. Sin embargo a primera vez que lo vio en persona tanto el como su mejor amigo, Louis, se pasaron una hora, sin exagerar, contemplándolo y notando cada pequeña sutileza.
Ay Louis, su mejor amigo desde los trece años, estaba tardando en encontralo, o eso pensaba el, pues cuando se dio la vuelta para irse del museo, allí estaba, sentado justo detrás de el, mirando también aquel simbólico cuadro. A Harry le pareció raro que no se le acercara y le agarrara la mano, tal y como hacía siempre que iban a verlo.
-Hola- susurró Harry, acercándose hacia el otro chico y sentándose a su lado.
-Tu madre me dijo que no estabas en casa, me pidió que viniera a por ti. Al parecer aún quedan bastantes cosas que hacer para la boda.- Le informó Louis.
-No me hables de servilletas de seda o de papel, no estoy de humor.- Louis rió ante eso.
-Que te pasa.- Preguntó, a pesar de intuir la respuesta.
-No se si estoy haciendo bien.- Confesó después de unos segundos de silencio.
-Pensé que era lo que querías, te veías tan ilusionado el día que compraste el anillo.- Intentó obtener más información el castaño.
-Lo sé, pero y si sale mal? Quizás no sepa lo que estoy haciendo.- Harry bajó la cabeza para salir .
-Tuviste cinco año para pensar si te querías casar con ella, no creo que todo se arruine en una semana. De todos modos, si en el altar no te ves casándote con ella, huye, tendré aparcado el coche cerca.- Bromeó al final.
Harry soltó una risa, pero asintió, sabía que su mejor amigo estaría para é en todo.
-Ahora vamos, hay que recoger tu traje de novio al sastre.
-¿Ya conseguiste el tuyo?- Se acordó de preguntar Harry
-Pensé que acordáramos que podría ir en chándal.- Se intentó escabullir Louis.
-Lou- Se quejó alargando la ultima vocal.- Alisson me mataría.- Dijo mientras se reía.
Después de que Harry se probara por ultima vez su traje, Harry lo "convenció" para que se probara el también uno. Louis se negaba a llevar chaleco y corbata o pajarita, así que después de la negociación Harry creyó hallar el traje de padrino perfecto.
-Toma este Lou.- Se lo pasó a través de la cortina
Unos minutos después Louis salió con un pantalón de traje negro y una camisa azul que transparentaba en todas partes.
-Harry no- Declaró.
-Louis si- Declaró el rizado, mientras una sonrisa se dibujaba en su cara. Sin duda sería el traje elegido.
Harry se acercó hasta su amigo y suavemente le colocó bien el cuellos de la camisa, acariciando también el cuello de Louis. Al castaño le dio un escalofrió.
Y Harry pensó en desde hacía cuanto que Louis se había vuelto tan suave, y cuando había cambiado su colonia. Hacía cuanto que no lo olía.
Movió sus manos despacio hasta las muñecas del castaño, par poder abrochar los puños de la camisa, sin poder evitar las ganas de entrelazar sus manos, pero evitando hacerlo.
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Historias secretas
FanfictionHistorias independientes de Louis y Harry. No todas terminan bien.