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Han Jisung y Lee Minho, fueron dos chicos que se conocieron durante su etapa adolescente donde el destino se encargó de convertirlos en amigos y mucho más que eso, dando como resultado la oficialidad de su relación cerca de la era universitaria de uno de ellos. En ese entonces había sido Minho el primero en confesarse a Jisung, durante un día de lluvia, justo el día anterior de la planeada propuesta de Jisung.
De ahí en adelante cada detalle se tornó de un modo diferente, las miradas, las palabras, roces y suspiros, todo tenía un significado aún más especial para ambos. Incluso cuando Minho, en broma, le dio a Jisung una bellota, que había encontrado cerca de casa, como primer regalo después de que empezaron a salir como pareja. Minho no creía que Jisung la tomara tan enserio hasta el punto de bañarla en resina y hacerla su amuleto.
Como era de esperar no todo podía ir en ascenso tan fácilmente ya que a partir de entonces también los obstáculos no podían faltar, comenzando por la aceptación de sus familias que se encontraban en un estado de shock ante dicha relación que quisieron cubrir con la excusa de "rebeldía" o "confusión" por ser "muy jóvenes" para entender lo que de verdad querían, por lo que ambos chicos usaron sus medios posibles para persuadir de poco a poco la opinión y aceptación de ambas familias, que aunque fue difícil y tardado, fue posible, y todo porque al ser familia importante para ellos, ambos querian ser comprendidos. En cuanto a sus amigos o conocidos, estos al irse enterando fueron quedándose a su lado, o bien, tomando distancias acordadas sin necesidad de afectarse unos con otros.
Inevitable.
Conforme el tiempo avanzaba, este iría dejándoles marcas y recuerdos, desde los más memorables hasta los más vergonzosos y peores, de todo tipo, tales que en los días futuros al pensar en ellos pudieran burlarse el uno del otro, sentir alivio por superar o sentir más amor del que ya se tenian.
Fue entonces que a los veintisiete de Minho y veinticinco de Jisung, junto a tres felinos que el mayor tenía desde hace unos años y que el menor se apuntó para su cuidado, se mudaron a lo que sería su primer apartamento, el cual era pequeño pero acogedor, pudiendo ser cubierto con la parte correspondiente de un tanto del sueldo de cada quien y dejar el resto para otros gastos en conjunto.
Estando en su nuevo hogar, la división de tareas era primordial e igual se permitían ayudarse cuando fuera necesario, sin embargo no todo fue pacífico, ya que al igual que muchos otros, también tenían sus momentos de riñas y desacuerdos, llevándolos a desafiarse o regañarse entre sí, afortunadamente esto duraba poco ya que terminaban por hablarlo y ceder la razón al que de verdad se lo mereciera o por cumplir el capricho, sin exceder, del otro. A pesar de dichos enfrentamientos, estos jamás influyeron para que dejaran de consentirse, apreciarse, valorarse y amarse.
Cabe destacar que ambos eran dedicados y apasionados, incluidas sus profesiones. Minho a pesar de no haber dedicado un tiempo más a su formación profesional como chef, sus habilidades culinarias lo habían colocado al día de hoy como uno de los principales ayudantes en uno de los restaurantes que manejaba la familia Seo, donde además de haber sido recomendado por el hijo de los dueños, Seo Changbin amigo cercano de Jisung, habían sido reconocido por su talento en dicha área. En cuanto a Jisung, su pasión por la música lo impulso a estudiarla en sí, logrando graduarse satisfactoriamente en ese campo, para posteriormente introducirse como profesor en una academia de música, siendo este el malestar de Minho, la vacante que cubrió.
La idea de que el menor fuera un profesor le hacía hervir la sangre. Jisung, es decir, su Jisung, estaría rodeado de gente que podía asecharlo por lo hermoso y carismático que era, gente que no eran él.
Cuando expreso su malestar a su amigos y estos le contradecían diciéndole que antes en la universidad también había estado en tal situación, él solo pudo soltar un "sí, pero no es igual, porque ninguno de ustedes estará para vigilarlo por mí", haciéndolos reír hasta las lágrimas porque aunque trato de remediar la forma de decirlo había sido demasiado tarde para la maliciosa memoria de sus amigos que lo recordarían siempre. No tuvo más que aceptar la decisión de Jisung, medio aceptar las burlas de sus amigos y lo que el empleo de profesor trajera consigo.
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Él | MinSung
FanficÉl corre y yo también, comenzando una persecusión por los pasillos, donde parecemos el ladrón y el policía de una escena toda cliche donde todos observan pero nadie hace nada más que esperar que uno sea atrapado por otro.