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N.Omnisciente.

George ya se encontraba en su salón, sentando tranquilamente en su respectivo asiento, luego de dos semanas de vacaciones la clases habían vuelto y con ellas la última mitad del año lectivo.

Este se encontraba leyendo los libros que sus profesores les habían indicado que usarían para esta parte del año, adelantándose en la lectura de estos para ya tener una idea de lo que se trataran los nuevos temas de las diferentes asignaturas.

Al parecer este había llegado bastante temprano en comparación a sus compañeros de clase, los cuales recién estaban llegando a el salón después de casi 15 minutos de que llegara George.

-George, ¿en serio ya estás leyendo? Son las 7:30 de la mañana amigo, relájate un poco- dijo uno de los compañeros del nombrado, diciendo esto mientras pasaba una de sus manos por los cabellos del castaño, revolviéndolos un poco, haciendo que estos queden totalmente desordenados.

Este solo quitó la mano de su compañero de su cabeza, para luego acomodar su cabello, dejándolo tan ordenado como antes, solo dándole una mirada aburrida al chico para luego volver a poner toda su atención al libro que antes estaba leyendo, ignorando por completo la presencia de su compañero.

-Que aburrido- dijo el chico para luego dirigirse junto con su grupo de amigos, dejando de lado al castaño quien ni siquiera había escuchado lo dicho por este.

Así pasaron los minutos hasta que un profesor se adentro en el salón, haciendo que George inmediatamente alce la mirada de sus libros para darle toda su atención al profesor que había entrado, reconociendo a su profesor favorito y el tutor de su clase, aunque extrañándole el hecho del porque este estaba allí, pues ese día no tenían clase con él.

El profesor solo se acercó a George mientras le decía a los compañeros del nombrado que se sentarán en sus respectivos lugares y hagan silencio. Al estar enfrente del castaño el profesor que aparentaba de unos 50 años le dió una sonrisa amable al chico.

-Joven George, ¿podría acompañarme a mi despacho por favor?, solo serán unos minutos-- le comentó el profesor con amabilidad a lo que el contrario solo asintió, para luego levantarse de su asiento con tal de seguir al de mayor edad.

Ambos salieron del salón de clases del castaño, caminado mientras hablaban de como le había ido en las vacaciones y demás cosas irrelevantes, hasta que llegaron al despacho del profesor, el cual abrió la puerta con tal de dejar pasar al menor primero.

Una vez ambos estaban en el despacho se sentaron uno enfrente del otro, siendo separados por un escritorio en el cual había una laptop junto con algunos libros.

George, quien ya estaba bastante familiarizado con esa habitación debido a las muchas veces que había sido invitado a charlar ya sea de la escuela o del gran rendimiento académico del estudiante, solo esperaba a que el mayor comenzará a hablar del porque le había llevado hasta allí.

Clases Especiales | DnfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora