El crujido repetitivo que causaba aquel extraño animalillo en su camino tenía a mi hermana demasiado entretenida.
La criatura, con su caparazón en forma de espinas y sus diez largas pinzas avanzaba por la arena dejando huellas impresas en esta. Casi parecía una travesía imposible de realizar pero, pasado unos cuantos segundos, llegó hasta la orilla del mar en el que poco después se perdió.Intenté con esto esfumar los pensamientos que me azotaban y así disfrutar de lo nuevo al igual que Ar'yen, pero fue imposible cuando a unos metros se encontraba Neteyam sentado sobre unas rocas, no sólo con sus hermanos a su alrededor y los hijos de los líderes, sino con otras Na'vis del Clan Metkayina que no paraban de observarlo. Una de ellas en particular, que era la más cercana, movía sus manos a la par que le conversaba de algo mientras éste sonreía ladinamente.
Desde nuestro último encuentro el chico había tomado una actitud evitativa hacia mí. No podía dar ni dos pasos en su dirección que enseguida me daba la espalda y buscaba a cualquier persona para cerrar la oportunidad de acercarme. ¿Qué le ocurría? Quizá demasiadas cosas.
Intentaba ser comprensiva; pensar que por lo repentino de todo necesitaba espacio pero, ¿qué era todo esto?¿Qué era lo suficiente bueno que aquella chica le decía para que le regalase tan fácilmente una sonrisa?
— En nuestro clan había muchos jóvenes pero los de aquí son tan bonitos —la menor se agarró las mejillas y tras pegar un chillido se las golpeó dramáticamente—. He conocido a Rotxo. Sabes de quién hablo, ¿no? ¡es muy amable! Sé que tengo nueve años, pero él solo me gana por cuatro...
Me molestaba demasiado.
La inquietud hirviente se aglomeraba en mi cerebro y creaba una maraña de pensamientos insanos. Podría acercarme tanto que el fuego le llegara a quemar esos dedos femeninos, tan cercanos a los hombros del mayor de los Sully; causarle tal herida que no la dejase ni moverse. O podría fácilmente hacer lo mismo que mi Clan.— ... ¿crees que cuando sea mayor él pueda fijarse en mí?
Después de todo, ¿por qué no? Ambos tenemos almas que se enlazan, entonces, ¿por qué no pensar en la unión forzada de nuestras colas neuronales?
Basta.
— ¡Nü'riel!
Exhalé por la boca, mirando de inmediato a Ar'yen quien ladeaba la cabeza con curiosidad. Pestañeé repetidamente, frunciendo el entrecejo al caer en lo que estuve pensando todo ese tiempo. Me sorprendió que la molestia me llevara justo a ese tema, uno del que muchas veces quise rehuir por sentirlo sucio y detestable.
Forzar enlaces, ya lo había visto antes y también estuve a punto de vivirlo con Lo'ang aquella noche.
¿Cómo pude si quiera meditarlo?Tragué saliva, con las ganas de vomitar agitando mi sistema. Escondí las manos bajo mis piernas cruzadas para que la infante no notara el temblor en estas.
— Hermana, ¿escuchaste lo que te dije? —llevó la atención hacia el grupo de jóvenes y regresó a mí—. ¿Ocurre algo?
Aunque era pequeña, parecía entender bien lo que sucedía y, por su misma edad, se quedó callada sin saber qué decir con exactitud.
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NÜ'RIEL || Neteyam
FantasyNü'riel nació como un amuleto. Al ser parte del Clan de las cenizas, llevaba marcado el poder y el orgullo del incendio que una vez bañó las venas de todo un pueblo. Fuego. Secreto. Muerte. Llamada por sus sueños y un intruso en ellos, deberá dec...