-¡Muchachos, guarden silencio, por favor! -gritaba la Srta. Gutiérrez, la joven profesora de Ética, al alborotado grupo de preparatoria que se le había asignado, aunque como es usual, nadie pareció haberla escuchado, nadie salvo Ana, la típica alumna callada, reservada y responsable que cualquier maestro suele adorar, aunque este no era el caso, no es que la profesora tuviera algo contra ella, era más bien que le intrigaba, pues no parecía ser muy común o llevarse bien con nadie que no fuera Aarón, su único amigo, o al menos el único con el que hablaba. Aquello también le intrigaba a la catedrática, pues eran completamente diferentes, Aarón por ejemplo, irradiaba energía positiva y contagiaba fácilmente su alegría, además de que jamás estaba quieto, salvo que la ocasión lo ameritara, y Ana, bueno, Ana era el polo contrario.
-Todos deberían aprender de Ana, y ser un poco más como ella. -Dijo la profesora.
-¡Imposible! -gritaron del fondo de la habitación.
-¿Y por qué es imposible? Todos tienen la capacidad de ser tan respetuosos como ella, ¿no lo crees? -Comenzó su sermón mientras buscaba el origen de la voz.
-¿Ana, respetuosa? Si sólo está callada porque nadie quiere hablarle. -Bingo, encontró al que habló, el alumno irresponsable, el payaso, el rebelde, sentado en el mesa banco como si estuviera sentado en alguna sala de estar, con las piernas abiertas, mirándole directamente a los ojos y con un chicle siendo machacado por sus dientes, que parecían no conocer el dentrífico.
Pasó un incómodo momento en el que la joven profesora pasó la mirada de Ana al payaso y de vuelta sin saber muy bien qué hacer. Al final optó por poner orden y hacer obedecer sus órdenes.
-Por favor, siéntate correctamente, tira tu chicle y discúlpate con tu compañera. -Nada, pareció no haberle escuchado.- ¿No has escuchado?
-¿Y quién es usted para darme órdenes? -Preguntó, desafiándole.
-Tu profesora, y mientras estés en mi clase, haces lo que te pida, o te vas.
-¿Me va a sacar por defender a esa tortillera?
-Vete de mi clase, ¡YA! -La profesora explotó, aquello se estaba saliendo de control.- Te veo en la oficina del director al final de la clase.
El resto de la clase se había calmado en algún punto de la discusión, pero los demás no le importaban en ese momento, en esos momentos sólo le preocupaba la persona a la que habían agredido, así que miró a Ana, que estaba a punto de echarse a llorar entre los brazos de Aarón. Decidió apartarla del resto y hablar con ella. Así que eso hizo, dejándoles trabajo que hacer a los demás mientras hablaba con Ana.
-Ana, quiero que sepas que no estoy aquí para juzgarte, al contrario, si te he apartado ha sido porque quiero que confíes en mí, no te pido que me veas como una amiga, porque soy tu profesora, tan sólo quiero que sepas que no estés sola, sea cierto o no lo que han dicho de ti.
-Ustedes nunca están para juzgarnos. O al menos todos lo dicen. Pero tiene razón, por fortuna no estoy sola, por fortuna tengo a al menos dos personas que de verdad se interesan en mi bienestar además de mi profesora de ética. -le contestó sin siquiera mirarla, parecía encontrar un mayor interés en sus compañeros- Pero gracias de cualquier modo, de verdad lo apreció. -Concluyó, ahora mirándola de frente, le dedicó una sonrisa fingida y comenzó a avanzar hacia su lugar.
La clase terminó, al igual que las horas de escuela, así que todos tomaron sus cosas y se fueron. Aarón, Ana y la profesora se quedaron solos. Aarón se le acercó a la maestra y le agradeció en voz baja por apoyar a su amiga, después salió dejando a ambas mujeres solas.
-Nos vemos, Ana. -Se despidió la profesora, algo incómoda.
-Profesora Gutiérrez, espere, por favor. -La detuvo- Sólo quiero disculparme por la manera en que reaccioné hace rato, es sólo que me sentí atacada y no pude notar que tan sólo quería ayudar.
-No te preocupes, creo entenderlo. Bueno, si eso era todo, tengo que irme. -Comenzó a alejarse. Ana le tomó del brazo y la hizo detenerse.
-Aún hay algo que debería saber; mis compañeros no mentían.
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A. M. A.
Short StoryLa historia se centra en la vida de tres personas cuyas vidas no son nada fáciles. María, una maestra de secundaria se ve presionada por parte de sus padres para encontrar una pareja y pronto formar una familia, mientas que ella no lo contempla en s...