Genshin Impact: Brigada Celestial.

Capitulo 4

Capítulo 4: Detective en la mira

EI Raiden

—Esto no tiene sentido.

Estuve más de dos horas verificando mis cámaras, pensé que tenía todo bajo control, pero me equivoqué. He perdido el rastro de Xiao.

—Primero Aether y ahora tú.

Seguí revisando por un rato más hasta que finalmente terminé rindiéndome.

—¡Maldición...! —di un golpe fuerte a mi mesa, rompiéndola en el acto.

Los daños no son importantes para mí. Chasqueé los dedos y devolví la mesa a su estado original.

—¿Qué voy a hacer ahora?

Creo que es momento de que resuelva este asunto personalmente. Ya no puedo quedarme con los brazos cruzados.

—Desesperada Ei.

—Un poco... —espera un minuto, solo yo estoy aquí.

Di media vuelta. Atrás mío se encontraba una mujer alta con unas orejas de zorro sobresaliendo de su cabeza y una cola que se movía lentamente. ¿¡Tenía que ser ella!?

—Hola, Yae...

—¿Qué te trae tan desesperada, mi buena amiga? —dijo ella mientras caminaba hacia mí.

—Las cosas que hago no son asunto tuyo, vieja amiga. Así que dime, ¿qué te trae por acá?

Yae suspiró.

—Tenemos un problema en la isla Watatsumi.

Cuando escuché eso, cerré todas mis pantallas.

—¿Qué clase de problema?

—Hay rumores de una criatura humanoide que anda haciendo destrozos cerca del santuario de la sacerdotisa Kokomi.

—Por esa zona, siempre hay criaturas extrañas. ¿Qué lo hace diferente a las demás? —dudé.

—Tiene una máscara de Yaksca —quedé sorprendida —Por tu rostro, ya te imaginarás quién es.

—Xiao —sonreí —¿Sabes dónde está? —pregunté esperanzada.

—De hecho, ese es nuestro segundo problema, causa un caos y luego desaparece sin dejar rastro.

Inicié el encendido de todas mis cámaras conectadas a la isla Watatsumi. Observaba los paisajes, una verdadera maravilla; Kokomi realmente puso su empeño por mantener hermoso la isla. Sin embargo, en este momento, eso pasaba a segundo plano.

—No lo veo en ningún lugar —cerré nuevamente todas mis cámaras, liberando el aire de mis pulmones con frustración.

—Veo que no lograste conseguir nada.

—Y tienes toda la razón. No aparece en mi radar. ¿Llamo a Zhongli? Tal vez él sepa cómo capturarlo.

—Recuerdas lo que pasó cuando Bennett trató de explicar lo que sucedió con Xiao. Casi lo atravesó con su lanza. De hecho, quiere verlo muerto. Y creo que a ti también te caerá lo mismo porque fuiste cómplice.

Y tiene toda la razón. Pelear contra el dios de los contratos podría terminar con una destrucción masiva en ambas regiones.

—Estuve pensando en ir personalmente a solucionar el problema.

—No creo que puedas. Sé que has vivido mucho tiempo, Ei, pero la mayor parte te encerraste en tu mundo. Sería solo una pérdida.

—Entonces, ¿qué puedo hacer?