Prologo

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Prologo: El cuento de cóndor

—¡Atención! ¡Atención! Niños, tenemos a una invitada muy especial el día de hoy. Así que, por favor, pongan sus sillas al frente. —Ante aquel llamado, los niños comenzaron a juntarse en el centro del salón, ansiosos por lo que estaba a punto de pronunciar la maestra. —Muy bien, chicos, hoy tenemos una grata sorpresa. Den un fuerte aplauso a la grandiosa Shogun Raiden.

Con entusiasmo, entré por la puerta. Lo primero que percibí al llegar fue una cierta atmósfera de miedo, pero también respeto. Ja, era de esperarse.

—Un gusto tenerla aquí ¡Oh... magnífica Shogun Raiden! —Dicho eso, la maestra hizo una reverencia.

—El gusto es todo mío —respondí.

—Bien niños, ella ha decidido, en esta ocasión, visitar esta guardería para compartir un cuento que pertenece a este libro que tengo aquí —la profesora mostró un libro corto que decía en la portada "El pato que no podía volar" —Aquí tiene su majestad.

Tomé el libro y lo miré atentamente.

—Aquí vamos —murmuré, abriendo finalmente el libro.

Lo que vi primero fueron imágenes de un pato en el suelo y cinco páginas después el mismo pato ya estaba surcando los cielos. ¿Cómo les puede gustar este libro a los niños? Lo veo muy absurdo, si querían motivar a los niños, había mejores maneras que hacer tontas analogías con patos.

—Niños —con esa palabra, todas las pequeñas criaturas fijaron su vista en mí —Les voy a contar una pequeña historia.

Cerré el libro y se lo di a la maestra, quien me miraba curiosa.

—Gran Shogun Raiden, será un honor escuchar su cuento —dijo ella entusiasmada.

—Muy bien...

Era una noche tormentosa en la cima del árbol más aislado del mundo. Desde un pequeño huevo, un ave de plumaje blanco emergió, revelando ser un cóndor. Desde sus primeros pasos, este pequeño cóndor se enfrentó a su primer gran desafío: la soledad. A medida que creció, se convirtió en una gran criatura que sobrevolaba su único hogar, un bosque con una variada vegetación, donde una diversidad de animales coexistía bajo el dominio de diversos líderes.

Sin embargo, el cóndor tenía una extraña desgracia, pues cualquier ser con el que se relacionara terminaba herido o enfrentaba infortunios. Debido a esta suerte adversa, aprendió a sobrevivir manteniendo una actitud positiva incluso en medio de las adversidades.

Hice una breve pausa.

'Un día, mientras hacia su rutina diaria, el cóndor encontró a un cuervo herido, a quien no dudo en ayudar. Aquel cuervo se recuperó, dando paso a una amistad que ni su mala suerte pudo romper. A partir de ahí, todo fue mucho mejor para el cóndor. Libero a un lobo que estaba atrapado en una jaula, teniendo así a su segundo amigo. Se hizo amigo del búho, siendo este, uno de los animales más poderosos del bosque. Se hizo amigo de los conejos, de los tigres, de los canarios, de cada animal de ese variado bosque. Pero no acabo ahí, se hizo amigo incluso de una estrella quien había caído por culpa de una deidad más grande. También ayudo al viento a buscar una pequeña botella que contenía un elixir vital para él, a cambio le dio la receta de una poción que reducía su maldición por un leve periodo de tiempo. Pero su mayor logro, fue haberse hecho amiga del rayo, quien era la suprema deidad de ese bosque

Pero lamentablemente, no todo era de color rosa. Aquella estrella que se había vuelto su amigo, sin razón aparente o simplemente por mero capricho, provocó un incendio en la casa del cóndor, sin darse cuenta, que un animal estaba durmiendo ahí. Ese animal era, la primera amiga del cóndor, el cuervo, quien podría haber terminado muerta, pero para buena suerte de ella, el lobo que habían rescatado, la salvo. Al recibir la noticia acerca de la traición de su amigo, por primera vez el cóndor sintió un sentimiento de ira, frustración, pero, sobre todo, una sed de venganza.

Reunió a un grupo de animales quienes lo siguieron sin dudar ya que previamente, la estrella ya había tenido pequeños percances con ellos. Mientras eso pasaba, la estrella se había comprometido en sagrado matrimonio con la escarcha, quien espero por mucho tiempo la llegada de su amado.

El ansiado día llegó. Las aves habían decorado una gran zona con plantas magníficas y grandes arbustos que simulaban un túnel por donde pasaría la prometida.

Todo era perfecto. Pero, tarde o temprano el karma llega. Cuando la escarcha y la estrella iban a unir sus almas. El cóndor dio la orden de atacar. Dando así inicio a una pequeña guerra entre la estrella y el cóndor.

El único caído, fue un demonio quien terminó en lo más profundo de un pozo.

Ese demonio, era el mejor amigo de la estrella.

Al final, el conflicto no concluyó en nada, ya que el rayo había dado punto final a ese absurdo conflicto.

Con eso, la reputación del cóndor había caído. Incluso una parte del bosque llego a odiarlo. Pero al cóndor no le afecto casi en nada, ya que, estaba acostumbrado al rechazo.

Al final, aquel cóndor se dedicó a cuidar a los que consideraba su familia, en especial a ese cuervo quien siempre tiene presente.

Siendo ella su luz de esperanza.

Finalmente, mi pequeño relato había finalizado.

—Que majestuosa historia Shogun Raiden —sonrió gentilmente la maestra.

Le puse todo mi empeño, me muero por saber que tanto he inspirado a estos niños.

—Díganme niños que les pareció esta historia —dije entusiasmada.

Hubo solo silencio. Los niños se miraban unos a otros. ¿Acaso mi historia fue tan buena que los deje sin palabras?

—Arconte —un niño llamo mi atención —Su historia fue... —aquí viene, estoy ansiosa —Horrible.

—Concuerdo con mi compañero, he escuchado mejores historias

—¡Si tienen razón!

—Concuerdo.

—Lo siento arconte, pero no me gusto.

Y así siguió cada niño. Criticando con mucha sinceridad mi historia, hasta que sonó la campana de salida.

Que lástimas que esta futura generación tenga tan mal gusto.

—Oh Arconte, discúlpenlos, pero ellos son solo niños no tienen la culpa de nada. Yo soy la responsable por no criarlos bien... —la maestra andaba alterada. No se esperó aquella reacción de los niños.

Finalmente, aquellas criaturas salieron del aula dejándome sola con la maestra.

—N—no les gusto... —chille.

—¿Qué sucede Arconte? —preguntó la maestra quien seguía alterada.

—No les... Gusto —mis lagrimas comenzaban a salir.

—Son solo niños por fa...

—¡Bua.......! —finalmente me rompí.

¡Porque no puedo hacer las cosas bien! Yo creí que este sería mi nuevo destino, pero estuve totalmente equivocada.

—¡Bennett, no sirvo ni para ser maestra! ¡Bua...!

Se comenzaron a escuchar pasos hasta que finalmente un chico de cabello blanco apareció en la puerta principal.

—Te dije que los niños eran crueles, Ei —dijo el con una mueca de decepción. —Ven, vamos por unos dangos.

Mientras me sacaba de la escena, miré a mi compañero con algo de nostalgia, ya que aquel relato, está basada en su historia.

Tal vez, merezca la pena contarla con más detalle, ¿verdad?

Genshin Impact: Brigada Celestial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora