¿Qué clase de hombre podía llegar tarde al funeral de su hermano? Uno frío y sin corazón, uno en el que Sergio Pérez no podía confiar.
Pero no iba a poder evitar al arrogante, despiadado y guapísimo Max Verstappen, que le reclamaba la herencia que su hermano le había dejado a Sergio.
A medida que se acercaba la fecha del parto, más seguro estaba de que Sergio debía mantenerse alejado de la sonrisa amable y el corazón herido que se escondían detrás de la gélida apariencia de Max.
Hasta que una increible tormenta de nieve lo obligo a reconocer la bondad que había en él.
¡Y su habilidad para traer bebés al mundo!
Sergio había encontrado al esposo y padre perfecto para formar una familia de verdad.
Pero iba a hacer falta un milagro de navidad para que Max se atreviera a amar de nuevo.