3. LA CALMA.

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Cubierta del Sunny, 17:00 h.

Narra Robin

Miré el reloj con curiosidad, se suponía que el pueblo era pequeño, y ya hacía horas que se habían ido. Ojeé el libro que estaba leyendo con duda. Esperaba que no se hubieran metido en algún lio, aunque, conociéndolos...

No podía dejar el barco solo, pero, si en una hora no habían vuelto, no me quedaría más remedio que bajar e ir a buscarlos. Con un suspiro de resignación, me até el pelo en una coleta y fui al comedor para llamar a Nami por el Den-Den Mushi.

Me senté en una silla con el caracol en la mano y esperé hasta que escuché la conocida voz de la pelirroja.

- Ne, Robin, ¿Hay algún problema por ahí?-la voz de Nami sonaba agitada, como si estuviese corriendo.

- No, por aquí está todo bien. ¿Vosotros estáis bien?-intuía que no del todo.

- Más o menos...Luffy se ha perdido buscando un sitio donde vendiesen carne, Zoro se ha perdido buscando primero una taberna y luego a Luffy-oí como rechinaba los dientes con molestia- Ussopp, Brook y chopper están conmigo y no hay rastro de Franky-Gemí internamente, estaba segura de que tendría que bajar-. Nosotros estamos llegando ya al barco con todo lo que hemos comprado. Sanji se encargará de Luffy y Zoro.

- Si ya estáis llegando, puedo desembarcar y ayudar a Sanji. Me llevaré mi Den-den Mushi portátil. -Nami maldijo mientras discutía con Ussopp y Brook, pero enseguida volvió a la llamada.

- Puede que a Sanji le cueste reunirlos a todos y deberíamos desembarcar en cuanto podamos. Es un pueblo pequeño pero está lleno de carteles con nuestra cara. ¿Estás segura de que no te importa?- Su voz agobiada me decía todo lo que necesitaba saber.

- Yo me encargo, no te preocupes.- Aunque estábamos a plena luz del día, pronto empezaría a anochecer. No quedaba mucho tiempo.

- Yo avisaré a Sanji de que vas a unirte a ellos. Y Robin...Ten cuidado ¿Vale?- le aseguré que no pasaría nada y que nos veríamos como mucho en un par de horas. En cuanto colgué, fui a cambiarme.

Me puse unos pantalones de cuero negro, con una camisa y botas a juego. Decidí optar también por un gorro y unas gafas de sol. Intentaba pasar desapercibida.

***

Las calles del pueblo parecían bastante tranquilas, pero, sabía por experiencia, que esa calma aparente, podía ocultar cosas muy peligrosas. Llevaba caminando un buen rato, y no veía rastro alguno de los chicos.

Media hora después, y tras haber visitado las dos tabernas que había en el pueblo, empecé a impacientarme.

Estaba a punto de llamar a Sanji para preguntarle si su búsqueda había tenido más éxito que la mía, cuando una melodía tan exótica como atrayente llamó mi atención. Comencé a caminar en esa dirección hasta que mis pies me llevaron a un edificio apartado y demasiado elegante para la estética general del pueblo.

Unas luces rojas iluminaban el local, rodeado de mujeres bellísimas que se reían y acompañaban a hombres que, para nada, eran apuestos. Enseguida me di cuenta de que estaba ante un burdel, pero, uno de lujo. Era muy común que en los pueblos donde desembarcaban marineros y piratas, hubiese este tipo de casas de citas.

Estaba tan perdida en la visión del lugar que no noté como alguien me agarraba por detrás. Tras unos segundos de pánico y de maldecirme por no haber enviado un clon en mi lugar, mantuve la mente fría para empezar a forcejear con el hombre que me estaba sujetando.

- ¡Oye guapa! ¿Por qué no me acompañas a dentro un ratito?- Al menos eso fue lo que entendí porque su patente estado de ebriedad hacía que mezclase las erres con las eles. Estaba a punto de darle un cabezazo que terminase con una patada en su zona íntima, cuando una voz ronca y conocida, me distrajo.

Thousand Love by Nico RobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora