6. EL AMOR.

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Cubierta del Sunny, 12:00 h.

Narra Robin

Me apoyaba en la barandilla del barco, dejando que la brisa meciese mi melena azulada. Giré el rostro para disfrutar de la permanente noche estrellada. Nami se dejó caer a mi lado, dándole la espalda al mar, y me miró.

— Ya sé cómo salir de aquí.—musitó, debería estar contenta, pero su ceño fruncido, la delataba.

— ¿Eso es bueno, no?—pregunté, extrañada. Ella suspiró y apoyó su cabeza en mi hombro.

— ¿Sería demasiado egoísta por mi parte callármelo hasta que se cumplan los siete días?— Abrí los ojos, asombrada, y arqueé las cejas en una clara señal de confusión.

— No, si tienes un buen motivo o una razón de peso.— se pasó las manos por la cara y negó.

— No, es un motivo egoísta. Verás...—bajó la voz con aire confidente— No sé lo que nos depara el futuro, pero, tengo en presentimiento de que, a partir de ahora, no dejaremos de pelear, no habrá ni un solo momento de calma. De que, podríamos morir...Cuando acabamos de reencontrarnos—asentí, era lo más probable—. Estos días, a pesar de las preocupaciones, han sido un oasis de paz— por cómo sus mejillas se colorearon, supe exactamente a qué se refería—. La casualidad nos ha regalado siete días en los que disfrutar sin preocupaciones de las personas que queremos. Y, no puedo evitar pensar que, vamos a seguir nuestro camino, pero, quizá sea la última oportunidad qué tengamos para atesorar estos recuerdos.— me miró, buscando algo en mis ojos que apoyase su razonamiento.

— Lo entiendo. Sé cómo te sientes.— pasé un brazo por su hombro.— Quieres disfrutar de estos días con él—asintió—porque no sabes si alguno de los dos va a seguir aquí en el futuro. Quieres amarle con calma antes de que el destino haga sus planes. Pero, sobre todo, quieres disfrutar de vuestro reencuentro antes de que puedan separaros.—por su sonrisa, supe que había captado exactamente sus sentimientos.— Y me parece bien, porque yo, siento lo mismo. Quiero disfrutarles a ambos con calma, para ver, si lo nuestro puede funcionar.

— Ne, ¿crees entonces que lo mejor es callar? Les estaríamos engañando...— miré el cielo, pensativa.

— Sí, pero, sabes como son. Les encanta la batalla, y a veces, no piensan en lo que pueden perder— Me dio la razón en un gesto afirmativo—. A veces, simplemente hay que pararse un segundo y disfrutar del momento. Pero, creo que deberías decírselo a Luffy, puede que ahora te parezca buena idea, pero si lo engañas, a la larga, no podrás perdonártelo.

— Sí, no quiero estropear lo que sentimos con mentiras.— se atusó el pelo de forma coqueta y me sonrió—. No me puedo creer que haya dicho eso—me eché a reír—. Se lo diré. Y dependiendo de su decisión, actuaremos.— su voz bajó un tono, y me miró de forma juguetona— . Y ahora, cuéntamelo todo...— sonreí, negando y le hice un gesto hacia nuestra habitación.

***

Taller de Franky, 17:00 h.

Franky me tapaba los ojos con las manos, mientras me guiaba por su taller. No podía evitar reírme, divertida, mientras seguía sus indicaciones.

— Ya está, onechan. Hemos llegado.— Abrí los ojos con cuidado y vi que había bajado incluso unas escaleras. Ahogué un jadeo de sorpresa cuando me percaté de que estábamos en una mini habitación bajo su taller. Una cama de matrimonio presidía el centro de la estancia, rodeada de unos ventanales, a través de los cuales, se veía el mar.— ¿Te gusta?—asentí, todavía sin aliento—. Está totalmente insonorizada y se esconde bajo una trampilla, así que, es un lugar perfecto para estar a solas.— le abracé, permitiendo que me alzase por la cintura, para besarme.

Thousand Love by Nico RobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora