5. EL ÉXTASIS

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Cubierta del Sunny, 18:00.

Narra Robin

Miré el mar en calma con curiosidad, resultaba difícil de creer que una simple tormenta pudiese provocar un problema de este tamaño. Según nos había explicado Nami, la tormenta nos había arrastrado a un lugar del mar que parecía no tener salida, de hecho, hacía horas que el barco había dejado de moverse.

Según nuestra navegante, parecía una paradoja temporal, estábamos atrapados y no sabíamos como salir de aquí. Por suerte, Sanji había sido tan previsor como siempre y se había abastecido bien en el anterior pueblo. Teníamos víveres para un mes. Contando incluso, con el apetito habitual de Luffy.

Había un ambiente de crispación general en el barco, todos queríamos ayudar pero, la única que nos podía sacar de esta situación era Nami. La misma que llevaba encerrada en su habitación de cartografiar cuatro horas. Al principio, nuestro capitán había intentado ayudarla, pero, tal era el estado de concentración que requería la pelirroja, que, al final, había acabado echándolo. Ahora, Luffy descansaba, pensativo, sobre la cabeza  del león.

Franky y Ussopp habían salido en el submarino para ver si había alguna especie de salida por debajo del mar. Brook estaba sentado a mi lado, bebiendo té, y Chopper estaba en la enfermería revisando que hubiese suficientes suministros médicos por lo que pudiese pasar.

Yo, poco más podía hacer, había buscado entre todos mis libros información sobre esta región del mar y no había encontrado nada. Ni de su localización ni del extraño clima que nos envolvía. Si lo de estar atrapados no fuese ya suficiente inconveniente, habíamos descubierto que en esta zona del mapa, era permanentemente de noche, no había amanecido, era como si el sol no saliese, ni existiese siquiera. Solo un mar en completa calma y una noche estrellada casi irreal.

***

Taller de Franky, 22:00 h.

Franky fabricaba algo que nuestra pelirroja le había pedido. En la cena, nos había puesto al tanto de que, según sus cálculos, lo más probable era que hasta el próximo martes, cuando subiesen las mareas, no pudiésemos salir de aquí. Es decir, que estaríamos un total de siete días atrapados.

— ¿No habéis visto nada interesante en vuestra excursión?— El carpintero dejó el martillo a un lado un segundo y me miró.

— Nada de nada. Ni siquiera peces.—entendía por donde iba y no me gustaba en absoluto—. Ni un solo pez, onechan. Más vale que nuestra SÚPER navegante nos saqué de aquí en el tiempo estimado, o tendremos un problema más serio que el de que el barco no se pueda mover.— me senté a su lado para observar los planos que tenía entre sus piernas.

— Yo tampoco he encontrado nada útil en mis libros—reconocí—. Y sé exactamente quién podría ayudarnos, pero...Los Den Den-Mushi tampoco funcionan.— Franky me miró de soslayo y apartando todo lo que tenía entre manos, me subió a su regazo.

Nos miramos a los ojos durante unos segundos y sonreímos, a la vez, como si llevásemos esperando este momento todo el día. Mis labios acariciaron los suyos en un beso dulce, cargado de intenciones. Nuestro primer beso, tras dos años de espera.

Nuestras lenguas se acariciaban en un vaivén sensual que arrancaba gemidos de lo más profundo de mi ser. El peliazul acarició mis hombros con calma, mientras disfrutábamos de nuestro beso. Nos separamos un segundo, y junté mi frente con la suya. 

— Te quiero.— Volvió a besarme como respuesta y me apreté contra su zona íntima. Un jadeo salvaje brotó de su pecho como recompensa.

— Y yo a ti, Onechan.— Seguimos besándonos durante lo que me parecieron horas, solo besos, pero, esa clase de besos que había echado tanto de menos.

Thousand Love by Nico RobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora