Parte 2

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Cuatro semanas después, el producto llegó en un embalaje discreto y lo dejaron en la puerta de su casa. Yuta lo recogió cuando llegó a casa y se apresuró a entrar, a pesar de que nadie podía decir qué había pedido.

Después de cenar y limpiar, Yuta finalmente abrió su compra.

La muñeca comprimida saltó cuando se levantó la presión de la tapa, sorprendiendo a Okkotsu. Lo liberó bruscamente y tomó forma ante él. Con total honestidad, Yuta había estado preparado para sentirse decepcionado a pesar del precio del producto, pero lo que tenía delante lo dejó sin aliento.

Todo lo que la compañía había requerido era una breve descripción física y una buena fotografía del rostro del sujeto, por lo que, lo que estaba frente a Yuuta era una espeluznante réplica de Inumaki. Desnudo.

Desnudo y listo para su uso.

Con el corazón acelerado, Yuta llevó su nuevo muñeco a su habitación.

.....................

Toge había optado por pasar la noche en casa. Por lo general, tenía una agenda tan ocupada que esta noche sin hacer nada, era un placer.

Acurrucado en el sofá, Toge miraba la televisión con un mínimo de atención, a punto de sacar el control remoto para cambiar el canal, cuando experimentó una sensación que tendría que llamar exploratoria.

Mirando a su alrededor frenéticamente confirmando que efectivamente estaba solo, Inumaki estaba confundido.

Se quedó quieto, esperando a ver si volvía a suceder. Quizás se había quedado dormido y lo había soñado.

¡Pero ahí estaba otra vez! La sensación de unas manos recorriendo su cuerpo, se ahogó, sentía algo tirando suavemente de sus pezones.

Toge comenzó a sudar cuando el fuego de la excitación comenzó a raíz de las manos fantasmas que jugaban con su cuerpo.

Deslizándose hacia abajo para recostarse completamente en el sofá, Toge descubrió que no podía contener el gemido que subía por su garganta, mientras seguían jugando con sus pezones. Realmente nunca había pensado que fueran sensibles, pero ya estaba medio duro por los suaves toques y pellizcos.

Levantándose la camiseta de gran tamaño hasta las axilas, se quedó mirando sus pezones rosados y duros por las manos fantasmales que trabajaban en ellos. Entonces, de repente, la sensación desapareció.

Toge yacía allí jadeando y sintiéndose vagamente decepcionado. Extendió la mano para rozar su pezón sensibilizado y jadeó ante la sensación de calor que corría por sus venas.

¿Por qué tenía que parar?, era la pregunta que más ocupaba su mente, aunque más abajo había otras preguntas como: qué estaba pasando y quién estaba haciendo esto, pero esas no parecían importantes ante su frustrada excitación.

Entonces sintió que algo húmedo rozaba su agujero.









Continuará.......

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