Capítulo Tres

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🐬

Estoy algo nerviosa después de haber visto aquella chica, siento que la he conocido antes, pero no recuerdo dónde.

Bueno, da igual.

Me tengo que apurar porque Marco me hizo retrasarme esta mañana, un poco en vano, siempre la misma rutina que me tiene cansada y ni siquiera me mantiene entretenida sexualmente hablando, dos minutos y todo baja.

En todo sentido de la palabra.

Pasan y pasan las hora y no puedo conseguir pulir nada, me siento como si estuviera encerrada en una burbuja donde cuesta respirar.

Siento el sonido de mi celular, es un mensaje de un número desconocido:

××××××789

▫️Hola, soy Viviana. Pero, dime "vivi"  no me gusta "viviana", soy la chica que estaba junto a tú compañera de baile, quería asegurarme de sí este era tú número.

▪️Hola, sí soy Constanza. Y, si me acuerdo de ti, Viviana.
▪️ Te voy a decir así porque me gusta nombre, jaja.

▫️:(

▪️Bueno, vivi.

▫️:)

▪️Eres algo graciosa. Nos vemos a las tres y media? En el apartamento

▫️Ahí estaré, sin falta ;)

Me cae bien.

                                 ⚽️

Es bonita hasta cuando manda mensajes.

🐬

Voy tarde, esto no me pasa nunca.

Abro la puerta y veo a Marco en el sillón, con todo tirado a su alrededor.

- ¿Qué haces aquí? Se supone que deberías estar en tú propia casa.-

.- ¿Ni un besito? Anoche no querías me fuera.- Dice agarrándome del brazo.

- Nunca te dije que no te fueras, de hecho creo que en la mañana te dejé muy en claro que quería que cuando llegue tú no estés aquí. - Dije al soltarme de su agarre.

Sonó la puerta luego de la última  palabra que dije, y me alarme al saber quién estaba atrás de ella.

.- Oh, hola- Dije en modo de sorpresa.

Dios, el aro en la nariz le quedaba tan bien.

- Hola.- Dijo

.- Pasa, pasa, pasa, perdón.- me hice a un lado, con una vergüenza enorme al saber que mi casa estaba desaliñada.

.- Hola, ¿eres amiga de Constanza?- dijo una tercera voz que me había olvidado estaba allí.

- No le contestes, él no tiene porque saber eso.-

Me interpuso entre ellos.

.- Vete ahora, estoy ocupada.-

Con una mano agarré su muñeca y lo tire afuera de mi casa dando un portazo, con arrepentimiento inmediata al saber que ella había presenciado todo eso.

.- Él era, bueno. Él. -

- No hace falta que me expliques nada, tranquila.- su sonrisa hizo que me tranquilizara al instante.

- Gracias, y discúlpame por el desorden, usualmente no está así. - bajo la mirada en signo de vergüenza.

- ¿Desorden? Para mí esto es ordenado.-

Ambas nos reímos cuando conectamos nuestras miradas.






😉




El gusto de verte.   | vico ghDonde viven las historias. Descúbrelo ahora