Capítulo 1

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El joven Satoru bajó del auto apenas se apago el motor, abriendo rápido la puerta y corriendo a toda velocidad con dirección al parque, aún con gritos que se escuchaban a su espalda, seguramente de su niñera que todavía estaba sentada en el asiento trasero de aquel lujoso auto negro.

¿Por qué corría este niño albino tan apurado?, muy sencillo, corría porque estaba emocionado de encontrarse con su único amor, Geto Suguru, un pequeño omega, sencillo y con familia de clase media-baja. Aunque se llevaban unos meses de diferencia, aún seguía siendo mayor que el omega, eso no le importaba, mientras siguiera siendo el único alfa en la vida de Suguru, no le molestaba.

Corrió un tramo de pocos metros, para así poder visualizar a su chico sentado de espalda en uno de los areneros del parque, no estaba tan cansado, pero al ver esa melena pelinegra hizo que su corazón saltara emocionado.

"¡Suguru!" Grito mientras llegaba al arenero, saltando sobre el omega que sólo tuvo tiempo para girarse al escuchar su nombre y abrir sus brazos para recibir el abrazo, cayendo de espaldas bajo el peliblanco.

"¡Satoru!" Sonrió efusivamente ante la llegada de su gran amigo, con sus brazos por encima de los hombros del pequeño alfa, enterrando su cara contra el cuello y las glándulas odoríferas de Satoru, aspirando una gran bocanada del aroma de este, abrazándolo con cariño. "Pensé que ibas a demorar un poco más en llegar, hehe" Separándose un poco de su cuello tratando de mirar la cara del alfa.

Satoru por su lado seguía con la cara enterrada en el cuello del menor, que, de igual manera, quería embriagarse con el olor de su omega, olor que le recordaba a la lavanda.

Gojo Satoru, hijo de uno de los jefes de las empresas más grandes que dominaba Japón, nacido en una cuna de oro reforzado con materiales de la mejor calidad, que a sus 12 años podía tener toda cosa material que él quisiese y deseara, pero aún con todo eso, lo único que realmente le importaba y añoraba era tener el olor de Suguru impregnado en él.

"Suguru, casémonos pronto, te he extrañado mucho, estos 2 días que no nos hemos visto han sido los más largos en mucho tiempo." Fingió un puchero en sus labios, mientras se levantaba de encima de Suguru, se acomodaron de manera en que Satoru quedo de rodillas frente al omega, mientras que el más pequeño estaba sentado sobre su trasero en la arena. "Cuando no te veo por tanto tiempo siento que voy a morir." Suspiró. "¿Cuándo vas a aceptar mis sentimientos y casarte conmigo?" Alzando la mirada hacia esos pequeños ojos morados, rasgados, que lo enamoraban y aceleraban su pequeño corazón alfa.

"Ay!, yo ya te dije mis razones para no aceptar tu propuesta, Satoru" frunció el ceño. "Además, todavía creo que me mentiste el otro día cuando llegaste oliendo a otro omega. Así que dime, ¿Quién es?, ¡No puedes protegerla toda la vida!" reclamando,  ¿Cómo es posible que otra omega impregne su olor en mi alfa?, se pregunta muy en sus adentros, Aunque aún no haya aceptado un compromiso con Satoru eso no le da derecho para juntarse con otros omegas. 

Sonriente, Satoru asiente. "Bien te contaré, pasa que, el otro día, en recreo, había una pequeña omega siendo molestada por un grupo de niños, yo pensé, 'Si esa niña fuera Suguru me gustaría que lo ayudaran' así que corrí, golpee a todos, agarre a la chica y me fui corriendo de ahí" prosiguió "Supongo que en el momento que llegamos a otro lugar del patio y me abrazo, me impregno, no sé, tal vez, la enamore con mis encantos" Sonríe heroicamente, cruzándose de brazos, Juju, si con esto Suguru no queda cautivado con mi super empatía, no sé qué lo hará. Pensó

Claramente, Suguru no estaba nada contento con esto, pero antes de que pudiera decir algo llego una señora muy agitada y se poso delate de los niños. 

Ambos niños curiosos, miraron hacia arriba para ver su cara, viendo que no era ni más ni menos que la niñera de Satoru. Fuerte y claro, la anciana mujer beta dice "¡Señorito Gojo!, ¿Usted entiende que corriendo como un maniático hasta acá no lograra nada? Debe esperarme, entienda de una vez que mi deber es cuidarlo, y por mucho que usted quiera ver al joven Geto debe esperar pacientemente." La señora se notaba que trataba de relajar su respiración mientras gritaba, pero los años le estaban jugando en contra. "Señorito, por favor entienda, si usted no se controla y no se cuida, sus padres no lo dejaran venir a ver al joven Geto." Continuo. "Debería estar agradecido que aún no se enteran de que el joven Geto es omega, porque usted y yo sabemos que, si yo no hubiera cerrado la boca, ustedes no se podrían ver más." Suspiro.

La cara de Satoru decía todo, Suguru pudo ver como esos ojos brillantes de hace un par de minutos ya no estaban, en cambio solo podía ver un azul oscuro, triste y apagado.

La niñera resopló y decidió que lo mejor era darles espacio, así que fue a sentarse a una de las bancas.

"¿Es verdad eso, Satoru?" Preguntó inocentemente el menor.

"Sí, Suguru..." Bajo más la mirada "¡Pero no te preocupes!, ¡Pronto me hare mayor y destronaré a mi papá para casarme contigo, porque tú eres mi único, nadie más, aquí y en cualquier universo, nada, ni siquiera mis padres van a lograr apartarme de ti, Suguru!" Volvió a subir su mirada, aunque se podían notar un poco de lágrimas acumulándose en el borde de los ojos del alfa, Suguru pudo ver la determinación en los ojos de Satoru. Eso, alegro un poco al pequeño omega.

"Supongo que esto se agrega a la lista de razones por las cuales no podemos comprometernos" Resopló el pelinegro. "Así que, Satoru, crece rápido, pronto quiero verte vestido para nuestro gran día." Mientras formaba una sonrisa leve, menciono inocentemente. Pero el daño ya estaba hecho, ya tenía a Satoru abrazado a sus hombros nuevamente, sollozando levemente.

"Te lo prometo, Suguru, te hare el omega más feliz del mundo" Murmuró en el cuello de Suguru. "Espérame un tiempo, te lo demostraré."

Con la cara muy roja, asiente. "Ya no tengo más opciones, creo" abraza de igual manera a Satoru, enterrando su cara entre su cabello blanco. "Pero aún así, cuando salves a alguien, sobre todo si es algún omega, diles que no se ilusionen, que ya tienes a alguien esperando por ti." Embozo una pequeña sonrisa, para luego seguir oliendo el shampoo de manzanilla incrustado en el cuero cabelludo de Satoru. 

El pequeño albino asintió repetidamente en el cuello del omega.

Así pasaron el resto de la tarde, jugando, riendo, aunque ya no hablaron más del tema, en los dos estaba floreciendo esperanzas en cada uno de sus corazones. Para ambos, la llegada del otro significó ya no volver a estar solos.

¿Quién necesitaba de una familia que no lo quería por ser débil?  Se preguntó Suguru.

¿Quién necesitaba de una familia que te ven simplemente como una moneda de cambio?  Se preguntó Satoru.

Para eso, ambos harían su propia familia, aunque solo fueran dos. Bueno, si se podía sumar más integrantes, nadie se molestaría, ¿Verdad?



Notas:

Holaa, este es mi primer fic en como 3 años hehe, así que por favor no sean tan duros:((. Sólo criticas constructivas, por favor.

Espero que sea de su agrado mi pequeña historia que no durará más de 3 capitulos. Actualizaciones lentas hasta que salga de vacaciones de verano (osea en 2 semanas). No debería estar escribiendo a estas alturas de mi año escolar, pero realmente necesito leer más de Suguru omega, ah.

Pequeñas aclaraciones:

- Posibles errores ortográficos. lmao
- Iran cambiando poco a poco las etiquietas a medida que el fanfic floresca, pq realmente no sé lo que haré de este fanfic el día de mañana. Lo único que sé es que no habrá mucho angst por aquí, soy buena escribiendolo, pero realmente no me apetece hacerlos sufrir más que en el canon.

Quisiera hacer de esto algo más domestico, ¿Deberia agregar hijos?, yo digo que sí. ¿Qué es más lindo que el satosugu teniendo 40 hijos en una sola historia?
Byeee, espero que lo hayan disfrutado, nos vemos en unos días jiji.

espérame un tiempo - satosuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora