🎦 Capítulo 4🎦

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Mientras que la demonio enérgica y de baja estatura llamada Niffty la guiaba entre los amplios y poco iluminados pasillos para mostrarle su habitación ella estaba que echaba humo internamente. ¿Cómo se atrevió Alastor a meterla en ésto de la rehabilitación del hotel así de un de repente? ¡Y claramente se había negado a ésto desde el principio! Era una completa locura. Ella, La Titiritera, una conocida demonio de todo el pentágono estando aquí, en un hotel para una supuesta "rehabilitación de almas pecadoras" en contra de su voluntad. Pues muy feliz no estaba.

-¡Y éstas habitaciones están desocupadas! Sólo escoge la que prefieras. —Hablaba enérgicamente Niffty con su único ojo yendo de aquí para allá mientras señalaba con el dedo índice las habitaciones libres (las cuales eran todas).

Ante sus divagaciones y quejas mentales propias, ______ no prestó atención a las palabras de Niffty, si, pudo ser algo grosero de su parte eso pero aún estaba molesta por lo sucedido hace unos minutos atrás con el demonio de la radio.

-¿Hm? Ah, eh-... Esa, me quedo con esa habitación. —Después de un torpe tartamudeo llega a señalar una habitación al azar dándole igual la habitación donde se iba a "hospedar".

-¿Esa? ¡Claro! ¡Dame un par de minutos! ¿Si? Tengo que ordenar la para dejarla impecable. —Esa energía de la diminuta demonio era casi contagioso.

-Está bien, tómate tu tiempo. —Hizo un breve asentimiento con la cabeza.

Niffty con toda esa energía de sobra que desprendía llegó a entrar a toda prisa a esa habitación escuchándose fuera el cómo ordenaba todo; ésto tardaría un rato.

De todas maneras ______ no tuvo que quedarse ahí sola por mucho tiempo, su viejo amigo se hizo presente justo detrás suyo sacándole un susto en el proceso; se le había olvidado que el demonio podía teletransportarse.

-¡No hagas eso maldición! Casi me matas del susto. —Exclama ella con el ceño fruncido y una mano posada en su pecho.

-Tú ya estás muerta querida. —Ahora esa escabrosa sonrisa suya parecía más de burla que de otra cosa.

-¡Agh..! ¡Lo que sea! Y por cierto, tenemos que hablar Alastor. —Pronunció, su gesto serio y con tintes de enojo en su demoníaca mirada.

-¿Hablar? Claro querida, ¿De qué se trata? —Su indiferencia ante el obvio tema que ella quería tratar la ponía de los nervios.

-¿Cómo que 'de qué se trata'? ¡Tú sabes muy bien de lo que quiero hablar contigo! ¿¡Qué es esa estupidez de que me voy a hospedar aquí!? ¡No quedamos en eso Alastor! —Poco o nada le importaba alzar la voz enmedio del pasillo así que no tuvo problemas con gritar.

Ésto era un atropello, ella no quería estar en un lugar como éste, un "Happy Hotel" para rehabilitar a los pecadores, ella no creía en la causa así que, ¿Por qué quedarse? Bien podría irse y en realidad eso planeaba hacer, bueno, al menos así fué hasta que el demonio de la radio habló.

Joder, con el argumento que le dió no pudo protestar al respecto.

-Oh querida, no te confundas, yo doy las órdenes... No tú. —Respondió a los reclamos de la fémina con sequedad pero esa sonrisa estaba intacta, y antes de que ella pudiera decir algo él habló nuevamente. —Esa sucia alma pecadora tuya me pertenece, ¿O lo olvidas?

-... No, no lo he olvidado. —Habla por lo bajo, ahora con un gesto de seriedad y frustración.

-Eso es bueno. ¡Te vas a hospedar y a rehabilitar aquí! Y te divertirás en el proceso. —Ese clásico tono animado de conductor de radio yacía ahí en el demonio al hablar, casi disimulando la orden disfrazada que le acababa de dar a ______.

-Ajá. —Estaba en descontento con ésto, no se molestó en disimularlo, esa cabellera blanca suya hasta lo demostraba pareciendo ondear como las flamas en una fogata nocturna.

-¡Ten actitud querida! No queremos caras molestas en el hotel, eso no ayudará a la publicidad, ¿Lo recuerdas? Ésto a la final del día sigue siendo publicidad. —Con una campante sonrisa engreída Alastor se fué tan rápido como llegó.

Ésto le dejó un mal sabor de boca, ahora comprendía el por qué Alastor no le había pedido/ordenado nada en todas esas décadas que no lo había visto hasta ahora; pareció querer aprovechar la mejor situación para imponer sus deseos en ella.

A la final de cuentas por más que quiera ella no puede protestar, no desde que hizo ese trato con Alastor.

Se ha condenado a ésto...

Una voz conocida la sacó de sus pensamientos, era Niffty.

-¡Tú habitación está lista! Si algo se ensucia o se rompe avísame ¿Sí? —Pronuncia con una sonrisa amplia en su rostro.

-Si, gracias. —Suspira ligeramente echando un vistazo a la habitación ya ordenada.

La habitación parecía ser cómoda, nada realmente "exótico" o "estrafalario" pero en general lucía bien.

En su momento ______ se preguntó cómo es que Niffty dejó todo en un perfecto orden en tan poco tiempo. ¿Brujería de limpieza..? Chistoso pero no.

Niffty se despidió de La Titiritera agitando su mano en ello, ______ iba a entrar a su nueva habitación pero unas palabras en especial de la adorable demonio enérgica la dejaron pensando.

-¡Disfruta tu estadía! Es bueno tenerte aquí como huésped. —Sonrió y caminó a paso veloz por los pasillos, perdiéndose en un giro hacia la izquierda en el lugar.

-¿Es.. bueno tenerme aquí...? —Murmuró alzando la ceja mirando por donde Niffty se había ido.

Se quedó con un pie en la entrada de la habitación en un total silencio antes de suspirar brevemente y entrar, cerrando la puerta detrás suyo.

Es bueno tenerte aquí como huésped.”

Ese comentario resonó en su cabeza. Para algunos pudo no haber significado nada más que unas palabras de cortesía pero para ella significaron más de lo esperado.

Qué curioso, es la primera vez que alguien se alegra en lo más mínimo de su presencia.

“Tal vez éste hotel no sea tan malo como parece. Puede ser conformismo por la situación con Alastor pero...”





























“Es mejor ésto que la soledad. No está de más el tener algo de compañía... ¿Verdad?”

❃〘SOLA EN COMPAÑÍA〙❃   [Hazbin Hotel Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora