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Al día siguiente, tanto Imp como Bob dormían y descansaban en sus propios cuartos. Gatocosa entró a la casa y a los cuartos de ambos asegurándose de que ambos durmieran. ¿La razón? Los habían enviado para entregar una carta al pequeño demonio; Boss lo estaba llamando.
Y sí, Gatocosa pudo despertarlo, pero prefería no hacerlo por el único motivo de que Imp se metiera en problemas...

Como todos estaban dormidos, decidió irse y decirle a Boss que Imp era un irresponsable que no se presentaría...

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Gatocosa bajó las escaleras del acantilado de la manera más alegre posible, deleitándose con la imagen mental de molestar un poco a Imp, más de lo que ya hacía...

Se paró a un costado de aquel círculo infernal y, tal como esperaba, a los pocos segundos una gran llamarada se levantó sobre él para dejar paso a su jefe.

-¿Qué? ¿Que Imp no vendrá...? ¿Qué se supone que está haciendo?

- ...meow

- ¿Durmiendo? Son las 2 de la tarde, y yo que quería pedirle que me diera un reporte de cómo va Bob con el piano... Gracias por tu trabajo, Gatocosa. Yo mismo me encargaré ahora.

-...meow

Las llamas y la presencia del demonio desaparecieron en un segundo, y el gato rompe bolas no pudo más que agachar la cabeza con tristeza, viendo que Imp no sería regañado por nada...

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Imp dormía en su cama, agotado por haberse quedado hasta tarde... La noche anterior había sucumbido a un tipo de emotividad que nunca había sentido. Sentirse vacío, ahogado en sus propias emociones, le parecía tan estúpido y doloroso a la vez...Lo que había pasado la noche anterior no había sido más que un acto desesperado desapegado a toda su naturaleza... Había vuelto a tocar el piano/organo, un instrumento que regañaba dado a que... no era malvado.

El piano era un instrumento noble capaz de enamorar y enternecer el corazón de la gente... Eso no era malvado...Pero en el momento que, por curiosidad y en un momento de debilidad, decidió volver a tocarlo, recordó por qué no le gustaba tocarlo.

Lo hacía sentirse vulnerable, porque apenas sus garras presionaron el instrumento para hacerlo sonar, empezó a poner en palabras lo confundido que se sentía.

Sentir amor no era malvado; un ser auténticamente malvado... era imposible que sintiera amor...Su padre, ¿su padre era el diablo, un ángel caído? No un ser creado al 100% para esparcir la maldad, pero él sí que lo era.

No podía dejarse derrotar por un sentimiento tan debilitante como el estar enamorado... Pero puta que estaba harto de tener que guardarse lo que sentía...Esa noche...

Oh, esa noche... hizo lo que pudo por poner en palabras lo mucho que amaba a su lacayo, la única persona que conocía en el mundo, la única que lo aguantaba, con la que convivía, con la que hablaba, con la que se había podido mostrar tan vulnerable.

El único ser que no lo hacía sentir solo, que siempre estuvo ahí para él, y el día que se jubilara, sabría que estaría solo otra vez, porque no tenía a nadie más... los otros dos imbéciles no contaban, Lumen era su enemiga, y Gatocosa solo existía para romperle las bolas, pero Bob... siempre fue el único.

Ni siquiera había notado que su doloroso canto había sido escuchado por su lacayo, pero honestamente... no le hubiera importado. Estaba tan cansado a ese punto... pero como era medio cobarde aún con sus sentimientos, no tenía el valor de decírselo a la cara.

De cualquier forma, volviendo al presente, este dormía ocultando su rostro en la almohada, casi como reflejo de vergüenza, ignorando por completo el olor a alfombra quemada provocado por la aparición de Boss en aquella habitación.

Este último observó un poco perplejo la situación, un cuarto lleno de papeles con rallones y melodías anotadas, además del detalle de que aquel oso de peluche con el que solía dormir su hijo se encontraba tirado en un extremo opuesto de la habitación.

-Okey... Esto es raro... -expresó en voz alta el demonio mientras chasqueaba los dedos para ordenar todo el cuarto con su magia-

Una vez el desorden de papeles fue ordenado y puesto en una pila que llegaba al techo, no tuvo descaro alguno en simplemente tomar uno al azar y leerlo, y releerlo, una y mil veces debido a la sorpresa.

"Garras afiladas, corazón desgarrado, amor prohibido, en mi pecho encerrado.

El órgano canta, revelando mi secreto, un tormento callado, un fuego discreto.

Padre caído, en sombras concebido, mi alma danza en un rincón perdido. Pero el piano, noble y puro en su esencia, me recuerda mi humanidad, mi carencia.Bob, mi lacayo, en su sueño reposa, mientras mi alma susurra y se desposa.

En el rincón de la noche, confieso mi pesar, un amor prohibido, difícil de soportar."

Rápidamente Boss regresó el papel a la pila mientras miraba a su hijo de manera silenciosa, casi con cierto toque de lástima, pero en vez de comentar sobre él tema, simplemente invocó un sobre infernal y se lo estampó en el rostro, no solo despertando a Imp sino confirmando así que a Imp el fuego ya no le hacía efecto.

-¿¡BOSS!? -dijo el demonio más pequeño de manera sorprendida y avergonzada al ver cómo los papeles estaban ordenados, temiendo que estos fueran leídos.

-Mira el sobre -ordenó el mencionado en un tono tranquilo-

Imp abrió el sobre; ahí se encontraba una carta explicando el porqué debían verse, La carta que Gatocosa no pudo entregar.

Si Boss e Imp debían verse era porque Imp tenía que acompañar a Bob al escenario infernal para que viera el piano, las decoraciones, entre otras cosas.

-T-tengo que ir ahora...? -preguntó Imp con un tono seco mientras miraba el papel.

-Correcto, así que ponte las pilas, ve a bañarte y ponte decente. Te espero donde siempre; yo, por mientras, iré a despertar a Bob -dijo el demonio más grande mientras desaparecía del cuarto.

-Arg... seguro debió haber leído mis cosas... -dijo en voz baja molesto, casi con vergüenza, con odio incluso..

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Bob dormía tranquilamente en su cama; su cuarto mostraba orden y perfección hasta en los detalles, aunque resaltaban artículos de fiesta como pulseras que brillan en la oscuridad, invitaciones, etc.

Boss analizó el cuarto unos segundos antes de despertar al conejo chasqueando los dedos.

- Eh...? -preguntó a duras penas el conejo mientras se tallaba los ojos, confundido sin creer a quién tenía delante.

- Entonces... ¿tú estás enterado de los sentimientos de Imp? -preguntó el demonio con voz autoritaria, asustando al pobre Bob que recién iba despertando. Rápidamente Boss se calmó un poco y bajó el tono. -Lamento ese tono; es solo que... responde la pregunta.

- Y-yo... sí, s-sí sé sobre los sentimientos de Imp -contestó Bob con los ojos en blanco, nervioso por la situación.Boss se quedó callado antes de explicar el motivo de su visita- quería que ambos vinieran a ver las decoraciones y el órgano, y todo eso. ¿No hay problema con eso?

- C-claro, no hay problema.

- Bien, te veo en la sala; más vale que haya algo en esa cocina...

- Solo hay lasaña congelada.

- Pero en eso se gasta Imp el dinero de la despensa -se quejó Boss un poco de no poder asaltar la cocina-

- Ya lo conoce... según él, la lasaña se ve como una cabeza descuartizada; solo eso le gusta...

- Todo siempre tiene un sentido malvado... de la peor forma posible.

"así es él", dijeron ambos al mismo tiempo de manera un poco reflexiva, ambos guardando lo que pensaban al respecto.

**•̩̩͙✩•̩̩͙*˚Midnight confusion˚*•̩̩͙✩•̩̩͙*˚*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora