𝕬𝖗𝖘 𝖊𝖓𝖙𝖎𝖘.

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       "Alguna vez...  Fueron una sola alma. 

Dos hermosas flores bailando con el atardecer al ritmo que la brisa les guía, fluyendo como el agua y ligeras cuales plumas; alguna vez fueron aquella hermosa y perfecta sinfonía, que al unísono con su melodía, hacia brillar cualquier triste día.

       Que triste y gran pesar cuando esa perfecta unión se rompió, por la maldad, la codicia, el poder, por la oscuridad que el mundo mismo carga consigo. Condenadas a divagar sin rumbo y separadas por cada y en cada una de sus vidas creando, entre ambos, una triste y desafinada melodía, una canción que nunca se completa, una que nunca se mezcla.

        Y así por el resto de sus días, en la inmortalidad de su fragilidad, vivirán como humanos buscando sueños distintos, siguiendo distintos caminos, odiándose o amándose; encontrándose una y otra vez en el camino que les lleva, deseando quererse de nuevo con parsimonia pero nunca destinados a tenerse, cual hermoso pasado, noche y día y a bailar al son del atardecer como en sus primeras vidas. 

       Aprenderán a apreciar la belleza del estar más no del ser, del que alguna vez fueron parte. Aprenderán a quererse en la distancia, en los silencios, en los dolores, en las diferencias, en la indiferencia... se amarán en cada vida un poco más, solo para nunca juntos estar..."

𝓒𝓪𝓻𝓽𝓪𝓼 𝓭𝓮 𝓪𝓶𝓸𝓻 𝓪 𝓾𝓷 𝓼𝓾𝓮ñ𝓸 𝓹𝓮𝓻𝓭𝓲𝓭𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora