California.

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Pasa detrás,

más allá de lo que pueda imaginar.

Devora mis puntos, mis comas, mis interrogantes y faltas gramaticales.

Tan solo entra, mientras cierras la puerta.

Hay una tristeza inherente a las cosas que las hace bellas, y no quiero llegar a comprender nunca.

Hoy he tenido un sueño y he despertado en una cama carente de nada, en unas sábanas blancas y tristes, y en el balcón mis plantas me miraban, mientras te animabas a pasar.

El orden de todas estas palabras, no podría alterar lo que siento.

¿Siento en vano, acaso?

Tal vez podría no sentir cada vez que te miro, podría no imaginar el sueño que guardé en la palma de tus dedos.

Pienso, pero no.

A veces los deseos se quedan en la punta de la lengua, las estrofas quedan sordas y la luz solo se hace cada vez más tenue.

Te busco, entre versos y aullidos.

Entre notas, palabras agudas y sin sentido, solo busco volver a sentir lo mismo.

Quédate quieta solo un momento.

Recoge la escarcha que viene y desliza por todo tu cuerpo. Escucha el silencio, y grita todo lo que no siento.

Solo quiero que me sientas en tus dedos.

Oye a este triste corazón opaco, que tan solo late tan despacio.

Todo se consumió luego de esto, dejando solo a tu frío ego.

Ahora éramos las dos enredadas en nuestros dedos.

Oh, vaya torpeza de un tosco sueño.

𝒫𝑜𝓇 𝒮𝒾𝑒𝓂𝓅𝓇𝑒 𝒮𝑜𝓁.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora