🌔 | 007 | 🌖

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Quiero desearles a todos una feliz navidad, aunque bueno, me tarde un poco en publicar el capitulo, espero que lo estén pasando bien con sus regalos, los adoro


Artemis tenía la necesidad de tirarse del carruaje ahora mismo... lo único que lo detenía era que llevaba un bebé en brazos y la mirada sombría de su hermano.

Después de contarles a sus familiares que ahora era madre y de un híbrido de Dragón de Hielo, pegaron el grito de sus vidas, por suerte y había podido contenerlos con Conan, lo que provocó el sobresalto de Karan que terminó llorando, terminando por despertar finalmente a todos en la zona.

Después de eso se pusieron como locos, resumiendo las cosas, tomaron a Artemis con Karan y lo pusieron adentro del carruaje de la familia junto a Darius para vigilarlo, mientras que Deméter y Aristide se subieron a otro para poder calmar sus dudas en el viaje al castillo familiar, Conan por su lado fue a caballo, estando al lado del carruaje donde iba su Comandante.

-Artemis...- llamó su hermano finalmente.

Los ojos blancos de Artemis miraron a los azules de Darius, desde que había informado de la noticia, su hermano no había hablado, cosa que alteró un poco al menor.

-Te informo de inmediato que no pienso abandonar a Karan- hablo de forma determinada Artemis mientras mecía a su pequeño.

-¿Por qué piensas que te voy a pedir que lo abandones?- preguntó Darius con los brazos cruzados.

-Supongo que... tengo miedo- confesó con una sonrisa lastimera el albino -me escape y he vuelto con un bebé, los rumores no van a tardar en esparcirse por el Imperio-.

Artemis desvió la mirada, para ver por las ventanas del carruaje, donde poco a poco las casas eran reemplazadas por los oscuros árboles, mostrando que estaban saliendo de la ciudad y se estaban adentrando en el camino que iba al castillo de los Sassari.

Pero quien no apartó la mirada, fue Darius.

El hombre de rubios cabellos suspiro levemente ante las palabras de su hermano, siendo consciente que las malas lenguas no iban a tardar en actuar en contra de Artemis, pero al mismo tiempo, no podía juzgarlo.

Cuando Artemis se fue, supo que en parte él tenía la culpa, los años posteriores a la guerra había tenido a su hermano ahogado hasta el cuello con trabajo, apenas y podía tener tiempo para sí mismo, se tenía que encargar de mantener en buenas condiciones a los caballeros en el ducado, viajar a las fronteras para supervisar la vigilancia, encargarse de la seguridad, del armamento, los entrenamientos, además de sus obligaciones como Márquez de Verona -Título heredado de su padre Aristide- y como Conde Di Bari -Título otorgado por la actual Emperatriz como recompensa-, por lo que también viajaba para hacerse cargo de esas tierras.

Aunque estaba enojado por sus acciones, al mismo tiempo no deseaba reclamarle nada, su hermano era joven, nunca tuvo una infancia que pudiera disfrutar... y ahora como adulto, para no colapsar su mente, había huido, terminando con un bebé que se agregaba a sus responsabilidades.

En silencio, pero llamando la atención de Artemis, Darius se levantó de su asiento y se sentó a su lado, atrayendo el cuerpo del Doncel que quedó apoyado contra su cuerpo, sorprendiendo al albino.

-Tienes que estar muy cansado- dijo Darius antes que Artemis hablara -duerme, lo necesitas-.

-Pero...- intentó reclamar Artemis, pero no se lo permitieron.

-Dijiste que Karan formó una Ligación contigo y que ya le diste parte de tu Aura, debes descansar- sentenció.

Artemis no pudo decir nada contra aquello, así que solamente se acomodó y cerró los ojos, poniendo a Karan en una posición segura entre sus brazos, quedando a los pocos minutos profundamente dormido, las emociones de esa noche finalmente cobraron factura en su cuerpo, pero, aun así, se negaba a soltar a su hijo.

Yo no salgo en la novela... ¿Pero ahora me toca criar al villano?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora