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Las ceremonias nunca fueron lo suyo

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Las ceremonias nunca fueron lo suyo.

No importa el motivo, ni el lugar, nunca le halla sentido a tal pagana celebridad. Sin embargo, a diferencia de muchas otras, está obligado a asistir.

Se trata de la boda de Zeus.

Y sabe que, como hermano mayor, su deber es estar ahí en el momento más "importante" del menor. Si hubiera sido cualquier otro dios mundano, su ausencia en el matrimonio estaría asegurada.

No ha tenido el placer de conocer a su cuñada en persona. Tampoco es como si le interesara; para su desgracia, se encuentra solo. El pasar del tiempo sólo lo está aburriendo, y Hades —el único con quien puede conversar— tiene previsto llegar más tarde.

Los dioses mantienen su distancia, ojeándolo de vez en cuando. Temen provocar la ira del tirano, optando permanecer lo más alejados posible.

No obstante, cuando las miradas pasaron a perderse en la ceremonia aun no comenzada, apartando su atención y temores del dios del mar, una figura aparece tras las columnas de marfil. Poseidón no sintió la presencia hasta que cruzó a su lado, sentándose en la misma banca que él.

Sus ojos, mirando de reojo a la divinidad, analizaron cada detalle de la deidad. Le era imposible recordar algún dios con las características de aquel hombre: su aura, aunque calma y serena, es colosal, casi comparable al aura de un primordial.

Los ojos del hombre están cerrados, pese a ello, siente que lo estuviera mirando. Poseidón reprime un suspiro, volviendo su atención hacia los laureles y amapolas.

—Soy Kaires. —parló el dios a su lado, entreabriendo los ojos—. Tú debes ser uno de los hermanos del hoy afortunado. ¿Hades, Adamas...?

—Poseidón.

Interrumpe el tirano. Un ruido irrumpe el ambiente, una risita proveniente de Kaires.

—¿Por qué estás aquí? —agregó, mirando de reojo al dios.

—Haciendo el trabajo de mi padre. —contestó—. Él y Zeus tienen un conflicto que les impide estar juntos, por lo que me envió a mí como su representante.

El dios de los mares se queda en silencio, meditando las palabras del dios que yace a su lado.

—Eres el hijo de Kairos. —la insinuación es confirmada por Kaires, quien asiente sutilmente. Poseidón carraspeó, ignorándolo.

Ya sabe suficiente, por lo que no le es necesario prestarle atención al contrario.

—¿Eres el dios de los mares, verdad? El nuevo gobernante de la Atlántida. Recuerdo que Océano y Ponto peleaban por el trono y-

—Cállate.

Kaires observa al rubio, ladeando la cabeza.

—Mmm... no te gusta que se los mencione. ¿Se debe al conflicto que los tres tuvieron?

𝙄𝙣𝙛𝙞𝙣𝙞𝙩𝙮 | PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora