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James Young - Infinity
El tiempo es infinito, regido por los primordiales del tiempo. Sin embargo, el futuro puede ser cambiado con cualquier mínima acción. Es inexacto, controlado a partir del presente del individuo.
Kaires sabía la im...
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¿Cómo nace el amor?
Un sentir confuso y repentino, capaz de nacer en el momento y lugar menos oportuno. Sin embargo, llega a surgir con el tiempo, gracias al afecto y confianza que exista entre los individuos.
Los humanos son claro ejemplo.
Pese a lo efímera que es su existencia, han demostrado ser seres con un amor profundo, casi comparado al amor de los dioses. De ahí yace la herencia divina, aquella que hace al mortal el reflejo de la deidad.
Kaires nunca se ha metido con los humanos. Tiene sus límites, y su trabajo yace enfocado en los dioses; su padre y Khronos cargan con el peso de millones, mientras que él carga con el futuro de cientos.
Dioses, semidioses y descendientes de dioses.
Recientemente se ha visto ocupado, apreciando desde la omnipresencia los eventos que han acontecido en el Olimpo aquel siglo. Peleas civiles entre la familia olímpica, infidelidades y engaños atroces. A estas alturas, ver aquellos actos no deben importarle, no obstante, hay algunos que desembocan su preocupación.
Poseidón estaba involucrado en una violación. Para ser específicos, se lo acusaba de haber abusado de Deméter.
No estuvo presente en aquel acontecimiento. Considera que lo pasó por alto, pero eso sería romper una de las reglas de su trabajo como dios del tiempo oportuno. ¿Cómo es posible que no se haya enterado?
Por culpa de los eventos que suscitaban, le ha sido difícil visitar al tirano. Debía hacerlo, tiene que saber qué sucedió exactamente aquel día.
Asomó entre las sombras, viendo desde donde está a Poseidón. Está en su habitación, sentado al lado de una cuna que reconoció como el regaló que ofreció el día en que Tritón, el varón que una vez vio en un futuro cercano, nació.
Su cabeza yace inclinada en dirección a la cuna, observando al infante, de dos años ya, dormir. No se mueve, aun sabiendo que él está ahí.
—¿Cómo has estado? —la pregunta de Poseidón llama su atención. Es inusual, fuera de su personalidad frívola y soberbia.
—Esa pregunta debería hacértela yo. —se acercó, tomándose un momento para ver al pequeño sobre la cuna. Sonrío. —. Cada que lo veo se parece más a ti.
—Genética. —limitó a decir, sin mirarlo.
Kaires suspiró, posando una de sus manos sobre el barandal de la cuna. Observó a Poseidón, mostrando la preocupación que siente en sus ojos.
—Quiero saber qué pasó. Entre tú y Deméter. —expresa el mayor.
—¿Me lo echarás en cara como todos lo han hecho? Si es así, vete a la mierda.
—No supongas cosas sin siquiera haberme escuchado. —el menor le mira por primera vez desde que apareció, mirándolo de manera fulminante—. Sólo necesito saber qué sucedió. No sabía nada de la violación, me tuve que enterar por Hestia cuando la fui a visitar.
