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Omega

Un sol se despegaba del horizonte, subiendo a lo más alto del cielo. Poco a poco. Poco a poco. Las aves cantaban felices y los gallos anunciaban que un nuevo día había comenzado.

Todo sucedió en primavera; cierta estación donde las temperaturas varían entre frías y templadas. Los días soleados pueden ser seguidos de una semana de tiempo tormentoso. Incluso a veces, los cambios extremos del tiempo pueden pasar en el mismo día. También, lo que la caracteriza, es el crecimiento de la flora y con ella la época donde más resfríos ocurren. Pero eso no le quita la belleza. Cierto año, incierto, pero cierto año, sucedió un hecho verídico que fundaría el mundo y cambiaría todo. Se dice que en esa época del año, nació la junta de los géneros. Habían nacido los Omegas.

Sentado en un tejado; lejos del mundo pero más cerca de su mente

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Sentado en un tejado; lejos del mundo pero más cerca de su mente. Allí, exactamente allí, estaba Gon. Mirando sin observar a nadie y oyendo sin escuchar nada.

Melancólico y triste.

La vida puede tener distintos puntos de vista. Muchos, de hecho. Pero lo realmente importante, y que afecta al resto de las personas, son las acciones que se efectúan a causa de diferentes perspectivas.

En el momento en el que se ejecuta una acción, una persona deja grabado un punto de vista de las cosas. Ahí mismo se observa la real perspectiva de las personas. Hay gente que lo entiende, hay otras que no. Otros que hubieran hecho lo mismo, otros que hubieran cambiado solo algunas cosas.

Gon siempre se ponía así. Filosófico ante cada una de sus acciones realizadas. Incluso, con acciones propias de un pasado lejano. Recordando cosas que no le gustaría recordar. Y olvidando detalles que, en su momento, tanto apreció.

Con un pensamiento nublado; observaba un gato saltar desde un balcón hasta la calle, cayendo ileso y con compostura. Maravillado con esa acción, sonrió y admiró algo que él también es capaz de hacer.

Respiró profundo y se frotó los ojos. Y comenzó a reír en un tono bajo rememorando viejos recuerdos.

Se paró. Sabiendo que el anterior encargo, solo era uno de los 15 que le quedaban en esa ciudad. Pero también sabía, que si cumplía con esos 15 no tendría que trabajar por, al menos, unos 10 años. Con el dinero que se le iba a acreditar, más el dinero que tenía guardado, iba a ser suficiente para subsistir.

—La vida... es tan complicada —se frotaba las sienes con el dedo medio y el pulgar respectivamente, de la mano derecha. —Cuando uno está seguro de las cosas, es cuando uno más tiene que dudar... —negaba con la cabeza. No era el momento de ponerse dubitativo frente a contratos ya hechos. Era preferible asesinar, a ser asesinado, ¿no?

𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒊𝒔 𝑳𝒐𝒗𝒆 [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora