𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒊𝒔 𝑳𝒐𝒗𝒆 [Omegaverse]

7.

Atemorizante y hermoso

Leorio le dirige la mirada, dándose cuenta de la situación, y le sonríe de forma tímida.

—Soy un Alfa, Gon. No tengo porque tener miedo —le guiñó el ojo y cambió la dirección de su mirada. Ahora, donde estaba el rubio, que lo miraba serio. Sin una pizca de broma. Esto, iba en serio.

Trató de procesar la información lo más rápido que podía. Debido a su estado, todo le costaba un poco más. Se quería golpear a sí mismo por haberse puesto borracho solo por cerveza. A su vez, intentaba analizar el ambiente y la razón del por qué de la situación. Llegando a la conclusión de que había un error de comunicación.

—¡Oye! ¡Oye! Yo se que estás enfadado, pero nose por qué estás enfadado —balbuceaba. Su tono era algo bajo y su pronunciación era torpe. El alcohol afectaba, obviamente, a las acciones que uno hace normalmente sin dificultad.

El rubio lo miró extrañado. —Ese chico de ahí —señaló a Gon, que estaba inmóvil y atento a la situación. —Es malo y tonto. Además, desagradecido. Escucha esto: yo me presenté con mi nombre, ¡y él no se quiso presentar! Eso es una falta de respeto. Además que sospecho que es la persona que busco —mencionaba. Poniendo su mano derecha en su barbilla. Como haciendo alusión que estaba pensando. Discretamente, saca un dardo de su bolsillo con su mano izquierda.

Leorio escuchó atento, lo más que pudo. —Entonces... ¿le hiciste eso solamente porque sospechas que es quien buscas? —Intentaba hacerlo enojar. Quería comprobar algo.

Shalknart hizo una mueca de fastidio. —Te dije que, además de eso, es un desagradecido y una mala persona —arrugó el entrecejo y frunció la nariz.

Leorio posa una de sus manos en el hombro izquierdo de Gon. Moviendo su cuerpo levemente hacia abajo. Provocando que casi se caiga.

Se asustó un poco ante eso. Y, aprovechando esa misma distracción, el Delta lanzó su dardo a gran velocidad. Si bien la zurda no era su mano hábil, igualmente, el dardo, tenía una buena dirección hacia la pierna de Leorio. Que, absorto de la situación, camino un paso hacia adelante para sostener el cuerpo de Gon, evitando que este cayera. A su vez, esquivando, de manera milagrosa y casuística, el dardo lanzado. Ante esto, el rubio abre la boca, sorprendido.

—Que suerte tienes... —susurra. Se siente humillado. Su sonrisa se había borrado.

Leorio, ni bien agarró a Gon para que no cayera, sintió, simplemente con su mirada e intuición, que Gon le intentaba decir algo. Y, según la presencia de su amigo, parecía que se trataba de algo en su pierna. Ante esto, Leorio observa el dardo que le acababan de lanzar y la pierna de Gon. Y ve que justamente desprenden el mismo aura. Por lo cual, lo más rápido que pudo, el más alto se movió un poco hacia su derecha y, bingo, ahí estaba el dardo que hacía que Gon no se pueda mover. Lo removió y toda el aura de Gon cayó como si fuera un yunque. La presencia de su amigo inundó la zona. No se estaba conteniendo y fue una experiencia aterradora. No parecía un Alfa por lo atemorizante del tamaño de su aura, pero tampoco parecía un Delta por lo armoniosa y hermosa (a la par que terrorífica) que era. Simplemente un conjunto de cualidades que desembocaban en todavía más dudas.

Al rubio se le erizaron los pelos de sus brazos y pies. A su vez que sus ojos se abrían ante la sorpresa y temor. A pesar de que era un Delta, se sentía atemorizado, asustado. Sentía la necesidad de escapar y no volver jamás. Pero también, sentía la necesidad de quedarse viendo, observando, la hermosa función de manejo de aura que le estaban brindando. Sus piernas comenzaron a temblar.

Gon respiraba profundo con los ojos cerrados, "sacando un poco de pecho" y tronando su cuello. Parecía que el tiempo se había detenido, que el viento dejó de existir, que el escenario comenzó a temblar, que los cielos se volvieron lilas, que las nubes habían desaparecido; que todo el contexto había cambiado. Que se habían aislado del mundo, quedando solamente los 3 rodeados por un campo de fuerza ficticio irrompible.