La alarma sonaba rompiendo el silencio en el departamento en medio de la capital de Tailandia de aquel pequeño reportero que por más que se encontraba despierto no deseaba levantarse en lo absoluto.
Además porque se levantaría ¿A ir a una oficina llena de fracasados? El horror...
Nat tiene 23 años, es un noven adulto como cualquier otro con un trabajo en un periodico local algo pequeño, hace 3 años se graduó de su carrera de periodismo y hace 2 se arrepiente de hacerlo.
Cuando el pequeño Nat imagino su carrera, se imaginaba ser tipo un reportero de celebridades, recibir a los idols en el aeropuerto, hacer entrevistas exclusivas o ir a los eventos de la farándula más importantes del año con todos los gastos pagos.
No esperaba que sus sueños fueran pisoteados de forma tan cruel.
Cuando salió de la universidad imaginaba que las ofertas llegarían y podría comenzar una excelente carrera en el mundo de las estrellas pero no esperaba una larga lista de trabajos mediocres y reportajes que ni el querría leer.
Por ello, por la necesidad y querer "ganar algo de experiencia" se lanzó a una pequeña casa editorial que hacía los reportajes más aburridos que había leído en toda su vida.
Sus reportajes no iban más allá de reportar un pequeño incendio que no terminó en nada, en el ganador de la última lotería o algún fenómeno se internet que no le tomaría más de 10 minutos de investigación.
El principal consuelo que tenía era pensar que estaba tomando la experiencia necesaria para poder entrar a las grandes ligas cuando la oferta llegara y que la paga realmente no era mala.
Ya habían pasado dos años de eso y aquel llamado nunca llegó.
Seguía tomando el mismo café amargo en la cafetería de la esquina a las 8 am mientras entraba a esa oficina donde el calor era un infierno a falta de aire acondicionado y escribía las columnas más aburridas, pequeñas e nada interesantes para un inexistente público de lectores.
Viviendo al máximo la monotonía de sus 20's y no las mágicas aventuras de la farándula como tanto lo espero.
Eso si, si hay algo que existe y odie más que ese café de mala muerte o los temas de reportajes que le dan, es a Max Kornthas.
Fotógrafo estrella de la compañía que siempre llegaba en la mañana por el recado de que fotografías debía tomar y en la tarde regresar a entregarlas no son antes de que lo trataba horrible.
Desde el día que piso esa oficina Max creyó que Nat era un desagradecido por tener un trabajo y odiarlo, además de un ignorante por siempre renegar de la labor que hacían por más que no fueran los #1 en los tabloides o quienes iban a las grandes galas.
Nat odiaba al fotógrafo por conformarse con tan poco y no querer aspirar a ser el mejor de los mejores en su campo, con una imagen que capturara la belleza de las celebridades.
El odio era mutuo y en la oficina sus compañeros eran quienes sufrían el ruido, las quejas, las pataletas de Nat y los reproches de Max, pues para sus jefes no era mejor idea que siempre juntarlos en sus reportajes.
Parecían un matrimonio viejo, no se soportaban, se odiaban y se trataban de la forma más terrible posible pero podían separarse, ya se habían convertido en la constante del otro.
Desde día uno trabajaron bien en equipo (sin importar las peleas) y sus reportes eran los que más lecturas traían por ende no era una posibilidad separarlos a ojos de sus jefes.
Solo que Nat se preguntaba si realmente algo en su ciclo sin fin de levantarse, continuar en esa rueda de vida que mantenía hasta jubilarse al lado del tonto de Max porque jamás pudo lograr algo importante en su carrera.
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Stay like a Local! - MaxNat
FanfictionNat es un reportero con una carrera frustrada quién es enviado a una provincia en medio de la nada con su peor enemigo, el fotógrafo Max a realizar un reportaje que podría ser la oportunidad de su vida. Ambos tendrán que completar el trabajo. No sin...