⚘️ Epílogo. ⚘️

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Nat estaba respirando fuerte, temblando y completamente nervioso, estaba al borde de un ataque de pánico si le preguntan.

Una botella de agua bloqueo su vista rompiendo aquel pánico que sentía en ese momento. Max abrió la botella y se sentó a su lado, acariciando su espalda esperando a que su malestar pasara.

Ya había vomitado de los nervios en una de las cestas de basura más cercana que encontró, se sentía avergonzado, se supone que el era un profesional no cualquier aficionado que se asusta con cualquier cosa.

Sentía su esmoquin blanco elegante apretarlo más de lo necesario pero intentó abrir su pecho y respirar como su novio le indicaba.

Haber viajado a los Ángeles para hacer la cobertura de muchos premios y conocer muchísimas celebridades era uno de sus sueños más deseados, pero por fin enfrentarlo es complicado. Llegaron a Los Ángeles hace unos días, habían ensayado y practicaron mucho para este día, El gran día, Nat haría la cobertura de los Oscars con su novio como director de proyección para Tailandia.

Nat jamás espero que las cosas fueran de esta manera y que su vida cambiara 180° grados pero lo hizo, ahora que había pasado casi un año desde aquel día que se perdió en el bosque con Max.

Luego de su aventura en la mitad de la nada, Nat publicó su artículo, el cual por alguna razón tomó muchísima relevancia y les dio un montón de publicidad, más de uno encontró interesante no solo la narrativa de su casi muerte sino también el amor que le tenía a Max al punto de que se lleno de apoyo por parte del público.

Además de ganar relevancia en este campo, el pequeño Nat llevó a la justicia a su ex jefe y novio, lo cual fue demasiado angustiante pues el juraba que el jamás ganaría pero lo hizo. Prácticamente todos los bienes de Aof se convirtieron en suyos y la indemnización por daños y perjuicios era una pequeña fortuna, pero obtuvo más que eso.

Ahora el periódico por el cual trabajaba terminó siendo suyo y ahora es director en jefe de las publicaciones y su hermoso novio, se a quedado como director de fotografía.

A pesar del dinero y las nuevas oportunidades de trabajo, nada lograba hacerlo más feliz que pensar en Max como su novio. No sabían como actuar al principio, más con el nuevo problema de que la prensa estaba muy interesado en ellos y su relación. Pero luego de entender que este sería su nuevo estilo de vida todo fue una maravilla.

Max era más que atentó, era todo un caballero y no dudaba en enviarle flores, chocolates, invitarlo al cine o robarle besos en medio de sus caminatas. Lo trataba como si el fuera de la realeza, lo adoraba sin importar el momento y el no tenía vergüenza de tratarlo como a un rey, con regalos y detalles que no sentían que fueran suficientes para compensar tanto amor.

Si, puede que ocasionalmente aún lo llamara animal pero aún así era SU animal y estaba cada vez más enamorado.

Tomo del agua como si la vida se le fuera en ello y no paraba de sudar de los nervios, sudaba aún más que en Tailandia.

- ¿Crees que te vas a desmayar? - Dijo Max intentando llamar su atención.

- Lo más probable es que si.

- Puedo cargarte hasta la entrada.

- ¿Y si aparece Angelina Jolie? No creo poder contenerme si me dan ganas de vomitar.

- Teniendo en cuenta cuanto acabas de devolver dudo que quede algo en tu estómago. - Dijo bromeando. - Ya es que tus nervios están de muerte o que estas embarazado.

Nat se coloro de pies a cabeza de solo imaginar ese escenario.

- No digas eso. - Respondió calmado aunque tenía sus sospechas ahora que el mayor lo mencionaba, no habían sido nada cuidadosos si se lo preguntaban.

Stay like a Local! - MaxNatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora