Llegada

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Revivir era un concepto extraño. Pero en el caso de los Santos de Oro, el revivir era bien recibido.

Significaba una nueva oportunidad de vida. Una nueva oportunidad para hacer las cosas mejores, reencontrarse con sus seres amados.

Y en el caso de Aioros, poder volver a enseñar.

Aioros amaba la enseñanza, le gustaban los niños. Antes de que siquiera la idea de la Orden de Atenea existiera en su mente, soñaba con convertirse en maestro.

Ahora (Y viendo que la enseñanza no era precisamente el punto fuerte de Saga) el patriarca le había encargado entrenar a los próximos Santos de Géminis, Piscis y Cáncer.(Con la esperanza de que no salieran tan dañados como los otros)

Eran niños de solo siete años y al parecer eran primos o algo así. Eran descendientes de los Dioses del panteón azteca e hijos de los dioses del Panteón Griego (Cosa sumamente extraña y muy resguardada. Los semidioses en la orden de Athena preferían mantener un perfil bajo y ocultar su ascendencia divina. Tal como él y su hermano, quienes descendían de Apolo y Hefestos por parte de su padre Kaiser) y además venían con sus hermanas a cuestas, quienes el Patriarca deseaba comprobar si eran elegidas por la estrellas o no.

Así que Aioros bajo a Rodorio con la intención de esperarlos... Si tan solo llegaran en compañía de la Saintia de La Corona Boreal...

Mientras tanto sin saberlo, a varias millas de distancia de Rodorio

-¡Te dije que era pa la izquierda!-protesto una niña con rasgos cherokee, bellísima, de ojos caleidoscopios y cabello castaño como el chocolate peinado en varias trenzas con plumas de águila.

-¡Era para la derecha!-se quejo otro niño de rasgos elficos, moreno con el cabello chocolate rizado y sus ojos color almendra tenía unas llamas bailando con travesura y picardía.

-¡Ya cállense! ¡Así no vamos a llegar a ninguna parte!¡Tenemos que llegar al Templo para hacer el sacrificio a Xochiquetzalli!-corto la discusión un niño rubio de eléctricos y feroces ojos azules, piel blanca y una cicatriz de media luna en la boca.-¡Y amarren bien al sacrificio!-

En efecto, tres niños de siete años con bebés a cuestas había sometido a una Saintia y la habían amordazado con unas cadenas especiales que no permitían que la rubia pudiera acceder a su cosmos y hartos de sus gritos le habían metido un calcetín en la boca.

-Admitámoslo chicos, andamos más perdidos que monja en convención porno-se quejo la niña sentándose en el piso con gesto derrotado.

-¿Y si buscas a alguien con desamor otra vez? A ver si así conseguimos llegar a algún poblado por lo menos-sugirió el niño con rasgos de elfo

-¿Tú crees?-

-Nada pierdes con intentar-

La niña se sacó una pluma del cabello y la dejo en su palma izquierda abierta, un brillo amarillo y naranja cubrió su palma, su palma derecha se cubrió de rojo y la poso suavemente sobre la pluma, después de unos segundos retiro la palma derecha y subió su mano a la altura de la boca y soplo.

La pluma se movió en círculos, hasta que se poso recta apuntando hacia el sur.

-¡Por fin! ¡Un ser vivo!-celebro el niño brincando de alegría.

-¿Y qué hacemos con el sacrificio?-

-Ni modo, no encontramos el templo y yo creo que nos tomara un tiempo hasta que podamos volver a salir y conseguir el templo para el sacrificio a tu abuela Piper, Leo métela en la vasija y que sea lo que Camaxtli quiera-ordeno el rubio ajustando a su hermana de meses.

Viva la vida!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora