- ¿Cómo te sientes, Ángel?
Aquella voz me sonó a gloria. Y aquellos ojos negros, brillantes me hicieron suspirar. Sentí sus labios sobre los míos y el malestar que sentía desapareció por completo.
- Me…desmayé…- dije sintiendo los brazos de Adam rodeándome.
- Sí, pero ya estás a salvo.- me susurró y me besó otra vez.
Cuando haciendo un sacrificio me despegué de aquella boca hermosa, Adam me ayudó a sentarme y me envolvió en sus brazos otra vez.
Miré alrededor. No tenía idea de dónde me encontraba. Era un lugar de techo alto, abovedado, sin ventanas, iluminado por varias lámparas diseminadas por todo el salón oval. Del techo al piso había bibliotecas que cubrían todas las paredes. Cientos, quizá miles, de libros poblaban los estantes. Algunos parecían muy antiguos: pude ver que eran pergaminos y rollos, atados con hilos de cuero. Otros estaban cocidos y un ala completa se presentaba de llena de libros de modernas encuadernaciones.
Yo estaba en el centro de la habitación, junto a Adam, en un amplio sofá de piel marrón. Y frente a nosotros, en una pared cercana, la lumbre de un fuego nos iluminaba y nos entregaba su calor. Aquella chimenea era inmensa, tanto que una y hasta dos personas podrían entrar en ella cómodamente paradas.
Había también estantes con objetos que parecían muy antiguos: pude ver cruces de madera y jarrones con símbolos extraños, que me recordaron a runas celtas. Y en una vitrina, en un rincón, pude vislumbrar urnas, huesos y hasta lo que me pareció era una calavera humana.
- ¿En…dónde estamos, Adam?- balbuceé.
- En Morning Star.- me dijo.
Lo miré confundido.
- En mi casa…- me aclaró.
Sentí que el estómago se ponía tenso.
- Tranquila, Eden. Mi padre no está. Está en Shasta y se quedará allí unos cuantos días.
Me dio un poco de vergüenza. Al fin y al cabo, Carlisle Alexander era algo así como mi suegro. Y temerle no era una buena señal.
- ¿Cómo estás, precioso?- Damien apareció, descendiendo una escalera caracol que yo no había visto hasta entonces.
- ¡Damien! Estoy bien.- dije estrechándole las manos cuando se acercó.
Noté que sus palmas vestidas con guantes oscuros brillaban mucho. Damien me miró de reojo. Escondió sus manos y se alejó unos pasos. Entonces se me ocurrió mirar las palmas de Adam. Y me sorprendió ver que brillaban muchísimo más que las de su primo.
- Deben alimentarse…- dije tratando de despegarme de Adam.
- Estamos bien, Ángel. No te preocupes por nosotros.
- No es hambre, precioso. Eres tú…el que provoca esto…- Damien me miraba fijamente.
- Muéstrenme sus Dálets…, por favor.- les rogué.
Vi que Damien bajaba la mirada. Busqué entonces los ojos de Adam. Me miró durante largos segundos. Se levantó y caminó hasta el hogar encendido.
- ¡¿Lo harás?!- las palabras de Damien me sonaron a reproche.
- Se lo merece.- le respondió Adam- Ha hecho algo asombroso esta noche…Se lo debo.
- ¿Qué…es lo que he hecho?
- Nos has salvado a todos. El Golem estuvo fuera de control por un instante y casi nos mata…- la voz de Adam tembló un poco.
- El Golem es…un ser…hecho de ceniza y se me mueve por el hálito que Adam le infundió.- me explicó Damien- Adam lo creó para…
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REDEMPTION, Sacrificio de Amor #PGP2024
ParanormalEden conoce a Adam, un joven que guarda un secreto: es descendiente de Ángeles Caídos que vinieron a la Tierra, se casaron con humanos y dejaron descendencia. Algunos eligieron la Luz, buscando la Redención; otros la Oscuridad. Y mientras Eden descu...