V. Bianca's decision

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V. Bianca's decision

Estaba frustrado, lo admito, Annabeth había desaparecido, Thalia estaba totalmente molesta con las cazadoras y conmigo y para agregar esa chica era más que parecida a la chica de la foto que encontré y ahora se encontraba con Artemisa

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Estaba frustrado, lo admito, Annabeth había desaparecido, Thalia estaba totalmente molesta con las cazadoras y conmigo y para agregar esa chica era más que parecida a la chica de la foto que encontré y ahora se encontraba con Artemisa.

Ahora lo que más me preocupaba era Annabeth, tenía la sensación de que era cierto lo que me había dicho Thalía hace un momento. Había sido por mi culpa.

Miré a Thalía, que se paseaba inquieta entre los lobos, sin ningún temor. De pronto se detuvo y se volvió hacia Westover Hall, que ahora, sumido en una completa oscuridad, asomaba sobre la ladera que quedaba más allá del bosque. Me pregunté qué estaría pensando.

Al cabo de un rato, Grover y Nico regresaron de su paseo. Una de las cazadoras me trajo mi mochila y Grover me ayudó a curarme el hombro.

—¡Lo tienes verde!—comentó Nico, entusiasmado.

—No te muevas—me ordenó Grover—. Toma, come un poco de ambrosía mientras te limpia la herida.

Empezó a curarme y yo hice una mueca de dolor, aunque la ambrosía ayudó un montón. Entre eso y el bálsamo mágico que usaba Grover, me sentí mucho mejor en un par de minutos.

Nico se puso a Hurgar en su propia mochila, que por lo visto las cazadoras habían llenado con todas sus cosas (aunque yo no tenía ni idea de cómo se habrían colado sin ser vistas en Westover Hall). Lo mire más atentamente y note que tenía cierto parecido a Corinna, tal vez si le preguntaba sobre ellos podría saber más sobre ella, tal vez descubriría que ella era nieta de esa chica o algo así, pero algo me decía que no era asi.

Nico sacó un montón de figuritas y las dejó sobre la nieve. Eran réplicas en miniatura de los dioses y los héroes griegos, entre ellos Zeus con un rayo en la mano, Ares con su lanza, y Apolo con el carro del sol.

—Buena colección —le dije.

Nico suena de oreja a oreja.

—Casi los tengo todos, además de sus cromos holográficos. Sólo me faltan unos cuantos muy raros.

—¿Llevas mucho tiempo jugando a este juego?

—Sólo este año. Antes… —frunció el ceño.

—¿Qué? —le pregunté.

—Lo he olvidado. Es extraño. —Parecía incómodo.

—Hey, Nico me preguntaba, ¿Cómo es que tú y tu hermana conocieron a Corinna? —dije tratando de cambiar de tema— es que ustedes nos son hermanos ¿No?

Levanto su cabeza sonriendo como si hablar de ella le emocionará, pero volvió a su expresión incómoda otra vez.

—No... No lo recuerdo muy bien —dijo— creo que siempre hemos estado juntos, los tres, Bianca me dijo que nuestras mamás eran muy unidas y desde entonces ella ha estado con nosotros.

𝐑𝐀𝐌É | PJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora