Una historia Omegaverse, dónde dos lobos están destinados a salvar a las manadas pero no todo será fácil para ellos, además, ¿Podrá su amor ayudar a la profecía?
Una historia de mi completa autoría.
Contenido +21.
No acepto copias ni adaptaciones.
A...
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*
Poco a poco los ojos de Danrah fueron adaptándose a la luz que había en la habitación había pasado un día completo con ella durmiendo.
Lentamente los últimos recuerdos en su memoria llegaron haciendo que entendiera lo que había pasado, se había desmayado después de conocer su pasado y su verdadera identidad.
Escaneó la habitación percatandose de que Jungkook no estaba allí...
Un fuerte estruendo llamó su atención así que decidió ir al baño rápido y lavarse un poco antes de bajar al área de la cocina. Al llegar a la puerta de la habitación notó que no podía abrirla, intentó unas veces más pero era inútil.
—¡Jungkook, abre la puerta! ¡Ya estoy despierta! —los ruidos cesaron y se hizo un silencio que la puso en alerta.
Unos pasos a toda prisa la hicieron retirarse de la puerta u prepararse para lo que ella temía fuera un ataque, la puerta de abrió por la fuerza mostrando a un JungKook bastante sudado y con los ojos rojos, aún estaba en celo así que era normal verlo así.
Ella supo inmediatamente que él había aguantado todo un día para dejarla dormir, así que la encerró para obligarse a quedarse afuera. Aquello la conmovió así que mientras el caminaba, ella procedió a quitarse la ropa, al su esposo llegar a su lado y sin decir alguna palabra, unieron sus labios en un beso apasionado a la misma vez que él la cargó y ella lo rodeó con sus piernas.
El beso era devorador, sus manos estaban en los glúteos de Danrah para mantenerla sujeta y que no fuera a caerse mientras su miembro ya duro comenzaba a entrar abriéndose paso por su apretada entrada.
—Mmmm —ella gimió en la boca de él excitandolo aún más.
Había comenzado a entrar despacio pero luego entró de un solo golpe, sus embestidas eran como el de una bestia que quiere destrozar a su presa, ella se aferraba a sus hombros lo más fuerte que podía mientras sus penetraciones llegaban hasta lo más profundo de su útero, sus dientes se clavaron en el cuello de su esposo arrancando un gruñido grutural de su garganta, el que ella lo haya mordido de esa manera.
Sus cuerpos sudados chocaban entre sí causando un sonido que llenaba la habitación, aparte de los gemidos y gruñidos, la terminó por llevar hasta pegarla a la pared y allí terminar de destrozarla, su miembro había crecido el doble de tamaño, al estar en sintonía con su lobo su cuerpo y sus proporciones crecían el doble.
Ella mordía fuertemente sus hombros cada vez que él llegaba profundo en su interior, podía sentir como le destrozaba por dentro en el buen sentido, sus ojos estaban el uno en el otro, se conectaban más allá que solo follar, era especial, Jungkook parecía no perder los estribos cuando lo hace con Danrah, a diferencia de cuando lo hizo con Lara.
Eran hechos el uno para el otro, los dos se amaban aunque uno lo diga y la otra no lo quiera aceptar.
Ya cuando el nudo comenzó, aún unidos, Jungkook la llevó hasta la cama acostándose los dos, estaban de lado abrazándose, él besaba la parte de atrás del cuello de su esposa para calmarla mientras el nudo pasaba, el nudo puede doler si algunos de los dos se mueve mucho y de forma ruda ya que el miembro masculino se hincha pero a veces puede ser tanto que forzarlo a salir puede romper la vagina.
Cada cierto tiempo chorros de semen son expulsados en el útero de nuestra protagonista, aquello solo le causa placer a ella y algo de incomodidad ya que el miembro de Jungkook se mueve un poco, por eso los Alfas durante el nudo tienden a hacerles muchos cariños a sus amadas y consentirlas para que el nudo se les haga más llevadero y placentero.
Ya al culminar Jungkook sale lentamente de su interior pero de queda allí a su lado.
—¿Por qué estabas en ese lago? Te encontré inconsciente, no tienes idea de lo mucho que me preocupé —él la atrae a su pecho.
—Perdona, Baba me indicó que debía ir, no puedo contarte todo, pero ya lo sabrás cuando llegue tu momento, lo que si te puedo decir es que ya tengo claro quién soy y eso me pone feliz.
—¿Baba vino?
—Si, así es.
Ella se levantó y caminó hasta el baño donde abrió la ducha.
—¿Quieres venir a ducharte conmigo? —Jungkook abrió los ojos sorprendido, hasta ahora ella siempre se había bañado con privacidad así que sin pensarlo dos veces entró con ella.
Compartían pequeños momentos y caricias mientras se lavaban el uno al otro.
—¿Sabes que llegué a soñar? —Jungkook se detiene y la mira.
—¿Mientras estabas inconsciente?
—Si, tuve un sueño hermoso —su sonrisa era tan tierna que él no pudo evitar sonreír igual.
—¿Que soñaste? —dijo saliendo de la ducha, ambos ya estaban lavados, tomó la toalla y la abrió para que ella entrara.
—Pues soñé que vivíamos así, en una cabaña, cerca del río, nuestros cachorros también estaban aquí —él abrió sus ojos.
—¿Cuántos cachorros eran?
—Tuvimos 6, 2 hembras y 4 machos, tu corriendo con ellos y en mi vientre venía el séptimo, yo los miraba desde la puerta con una de las niñas pequeñas.
Jungkook se acercó a abrazarla.
—Fue un sueño hermoso y no veo porque no podemos tenerlo, pero para eso tenemos que follar mucho —lamió sus labios y la subió al lava manos.
—¡Jungkook! —él le sonrió de manera pícara para después agacharse y meter su cara en medio de sus piernas.
Sacando su lengua la pasó por la hendidura de sus pliegues arrancando un gemido de los labios de su amada. Sus piernas se enredaron en el cuello de su esposo sujetándolo de esta manera ella podía sentir más placer, él jugaba lamiendo los pliegues para luego penetrarla con su lengua, luego pasaba a jugar un poco col su clítoris.
—Aaahh~ Jungkook, por favor~ —se retorcía Dee manera involuntaria, no podía controlar los espasmos de su cuerpo.
Con una mordida en el clítoris y ella terminó en su boca.
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