38. Malcom Jefferson.

1 0 0
                                    

-Siéntate- le pido a Louise señalando su maleta.

Salta encima de ésta y yo comienzo a jalar del cierre, pero me parece casi imposible, por lo que termino sentándome a su lado, y entre ambos seguimos intentando hasta que lo logramos.

-¡Por fin!- Exclama levantándose de un salto y ayudando a ponerme de pie también yo- Gracias por la ayuda- me sonríe y se inclina para robarme un beso-. Estaba a punto de rendirme.

-¿Y tu bolso?

-Está hecho- sonríe-. Todo dentro, los boletos, mi pasaporte, y mis cosas.

-Estas emocionada- digo ofreciéndole una sonrisa.

-Bastante. Chris me acompaña esta semana, luego regresa aquí... veremos como nos adaptamos trabajando a distancia, es nuevo para él, pero sé que podrá- pone sus manos en mis brazos y comienza a acariciarlos-. Mi departamento está esperando por mí, y mañana tengo mi primera reunión con Miranda.

Tiene un brillo en sus ojos que no veía hace tiempo, creo que justamente por el hecho de haber ido perdiendo su trabajo de a poco.

Su contrato con Diana está a un mes de terminar, y yo no podría estar más feliz de que haya encontrado otro trabajo que le entusiasme tanto como el anterior.

Por cierto, no pude evitar espiar en redes la página de la revista, y hace unos días, se hizo público que Louise Taylor-Vazquez, la modelo que tanto adoran, se ha unido a la familia Quora. Lo cuál ha entusiasmado a muchos mexicanos, ya que a pesar de haber nacido aquí, Lulu siempre ha demostrado estar interesada en las costumbres que le ha inculcado su madre y la cultura que ha conocido desde pequeña.

Mi única duda aquí es...

-¿Hablas español?

Louise me mira confundida, y creo que piensa que estoy intentando burlarme o algo así, pero cuando no reacciono en lo absoluto, ella sólo dice:

-Desde que tengo memoria.

-No entendí nada.

Ríe- Dije que sí. Creí que lo sabías. Jared y yo a veces hablábamos con mamá en español cuando éramos niños, que podías habernos escuchado.

-Cuando era niño yo pensaba que tu madre hablaba raro, no sabía lo que eran los distintos acentos, por supuesto que jamás los escuché hablar español.

Lulu sólo me sonríe y se acerca para abrazarme. De inmediato le correspondo y el aroma a jazmín en su perfume, me inunda las fosas nasales. Voy a extrañar llegar a casa y que el olor a ella esté presente, que Peach me reciba, hacer cafe por las mañanas y beberlo juntos, verla preparar el desayuno y escuchar sus regaños sobre por qué no debo temerle a usar condimentos cuando yo cocino. La forma en que me mira, molestarnos uno al otro y luego preocuparme porque se lo haya tomado en serio cuando sé que seguro no fue así.

Las benditas noches, una tras otra, cuando la ropa parece sobrar y encontramos la forma de hacer que las palabras correctas toquen el punto correcto y nos hagan sentir igual de bien que nuestras propias manos.

-Volveré en un mes- murmura y siento como se pega más a mí-. Quiero que mientras tanto cuides algo por mí.

-¿A Peach?

Ríe y niega de inmediato separándose lo suficiente como para verme- Mi bebé va conmigo, lo siento, sé que la extrañarás tanto como ella a ti- le sonrío-. Mi caja sigue debajo de la cama, no creo que quepa ya nada en mi maleta, luego que vuelva me la llevaré.

-Se siente bien saber que volverás por algo.

-¿Y tú?

-No regreses por mí.

MusasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora