Querida Luna.
Sí, así te llamo: Luna. Porque así es como te veo. Como esa luz que me abraza por las noches y me acompaña en cada llanto.
Pero tal vez debería llamarte Sol, porque brillas por tí misma y alegras mis días tanto como sus rayos.
Aunque si lo pienso bien, cualquier astro estaría celoso de tu belleza, de tu inteligencia..
De tí, que eres una diosa de los pies a la cabeza, de tí, que eres perfecta, de tí, que por mucho que diga la gente no veo nada malo.
Da igual cuantas locuras intenten hacerme creer sobre tí, mi vida. No creeré ninguna pues sé que simplemente envidian tu genialidad en todas sus formas.
Si tengo que derramar sangre por alguien lo haré por la mujer con la que me quiero casar no por ningún idiota que prefiere crear conflictos a las espaldas que resolverlos como personas adultas.
Mi musa, te amo y aunque tú ames molestarme he de admitir que verte sonreír me quita todas las molestias pues tu risa es una de las cosas más preciosas que he escuchado en mi vida. Gracias, simplemente gracias por existir, mi todo.
